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Grandes arbustos de Flor de Pascua crecen en la costa de Granada, junto al mar. En el caso de la imagen, en la Mamola, junto a la carretera N-340.
Flores rojas sobre el mar

Flores rojas sobre el mar

La planta de la Navidad huye del frío y aprovecha los ecosistemas cálidos para florecer en una época de días cortos y noches largas

Juan Enrique Gómez

Domingo, 4 de enero 2015, 01:35

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Surgen de la oscuridad para teñir de color los días más cortos del año, un tiempo en el que la noche es larga y favorece el desarrollo de especies que huyen de la insolación y sorprenden con una impresionante profusión de rojos y amarillos; es la explosión de la flora de invierno. Especies de plantas que florecen en diciembre porque necesitan muchas horas sin luz y que las gentes asimilan a la Navidad, por encarnar el milagro del color en tiempos de sombras. Una planta oriunda de Sudamérica, descubierta en tierras mejicanas y exportada a todo el mundo, la Flor de Pascua, el 'pascuero', se ha convertido en el símbolo de la Navidad gracias a sus grandes hojas rojas que se asemejan a la estrella que anunció el nacimiento de Jesús.

A pesar de tratarse de una especie de climas cálidos, e incluso tropicales, cada año se cultivan, venden y regalan millones de ejemplares de Flor de Pascua en la totalidad del hemisferio norte, incluso en zonas donde las temperaturas se consideran gélidas, cuelgan guirnaldas formadas con enormes rosetones de flores de pétalos rojos, que se convierten en efímeros adornos naturales condenados a marchitarse de frío.

Pero la Euphorbia pulcherrima, llamada Corona del inca, Pastora y Nochebuena, no es solo flor de un día. En el litoral mediterráneo muestra su mejor porte arbolado con tamaños que llegan hasta cinco metros de altura y con coberturas de más de 10 metros de diámetro. Son impresionantes racimos de flores que con su color rojo miran hacia el horizonte en busca del sol tangencial del invierno.

La costa de Granada, con sus rincones biogeográficos inframediterráneos (subtropicales), ha sido el refugio de la Flor de Pascua y es posible disfrutar de su imagen casi naturalizada en los montes aterrazados entre Salobreña y la Herradura, y entre calas y barrancos de la parte del litoral más oriental, donde la mágica estrella roja mira al mar.

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