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Contando con los cuatro detenidos, la Policía Nacional ha llamado a testificar a dieciséis personas.
Los cuatro arrestados declaran durante doce horas antes de pasar a disposición judicial

Los cuatro arrestados declaran durante doce horas antes de pasar a disposición judicial

La casa registrada el lunes por la Policía Nacional sufrió un robo hace dos semanas y el lunes otra posible víctima de abusos denunció en el juzgado

José Ramón Villalba

Miércoles, 26 de noviembre 2014, 00:59

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Los tres sacerdotes y el profesor de Religión laico detenidos por los presuntos abusos sexuales cometidos contra un joven de 24 años pasaron este martes su segunda noche en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía. Fue un día agitado. Cada uno de los arrestados fue sometido a un intenso interrogatorio en presencia de sus abogados de oficio que se prolongó por espacio de más de doce horas -entre los cuatro-. En todo momento negaron los hechos denunciados por 'Daniel' -nombre ficticio del denunciante- y defendieron su inocencia. Todo está preparado para que pasen este miércoles a disposición judicial, salvo imprevisto de última hora.

Estas últimas cuarenta y ocho horas han servido para sumar una denuncia nueva de abusos sexuales vinculada a este caso. El denunciante se personó en el Juzgado de Guardia número 6 de Granada el pasado lunes por la tarde, pero antes había declarado en sede policial en dos ocasiones distintas a lo largo de los quince últimos días. Era uno de los primeros testigos que Policía Nacional llamó a testificar.

Esta segunda demanda viene a reforzar las tesis del primer denunciante, cuyas pruebas de más peso eran su testimonio y el diagnóstico psicológico del tiempo que pasó en tratamiento. La denuncia era esperada desde el pasado jueves, cuando se empezó a anunciar la presentación de un nuevo testimonio que acusaba a los sacerdotes arrestados de un posible delito de abusos sexuales. No hay más víctimas que hayan dado un paso adelante, aunque tampoco se descarta la llegada de nuevas denuncias a los juzgados

Contando con los cuatro detenidos, la Policía Nacional ha llamado a testificar a dieciséis personas, aunque ninguno de los testimonios recogidos han resultado tan duros, concretos y concisos como el aportado por el denunciante el martes 11 de noviembre en una declaración que se prolongó por espacio de cinco horas.

Policías especializados

La declaración del joven Daniel, nombre ficticio del denunciante, contó con la presencia de policías procedentes de Madrid y especializados en este tipo de casos, que analizaron al milímetro cada una de sus palabras, gestos y movimientos de 'Daniel', para afianzar o recortar credibilidad a su testimonio.

La investigación avanza. Si el joven denunciante emitió el lunes un comunicado aplaudiendo el trabajo de la judicatura y la Policía, este martes lo hizo el abogado particular de los arrestados, Javier Muriel, cuyo despacho está ubicado en Marbella (Málaga). El penalista, que ha participado en casos como el de 'Malaya', confirmó a Europa Press que los cuatro recibieron «con absoluta sorpresa» la denuncia e insistió en la «inocencia» de sus clientes. «No le encuentran explicación» a estas acusaciones -dijo-, al tiempo que lamentó que el juez haya «limitado» su derecho de defensa, ya que «no se les ha permitido escoger letrado» y están siendo representados por abogados de oficio. No obstante, quiso dejar claro que respeta la «labor profesional» de estos letrados e indicó que no puede hacer más comentarios al respecto.

Un ordenador

A todo este encadenado de hechos hay que sumar un nuevo episodio conocido desde el lunes por la tarde por este periódico, aunque en primera instancia fue desmentido por fuentes policiales.

La confirmación se produjo este martes por la mañana. La casa de la calle Quinto Centenario número 12 de la urbanización Los Pinillos de Pinos Genil, donde se encontraban los arrestados junto a más sacerdotes el día de la detención, fue asaltada hace dos semanas, cuando la Policía Nacional ya había comenzado a tomar declaración a los primeros testigos. De allí desapareció, al menos, un ordenador, según han confirmado a este periódico fuentes de la investigación, aunque una vecina de los curas habló de tres o cuatro. Los residentes en esta calle no le dieron mayor importancia al hecho, tras ver a la Guardia Civil allí recogiendo pruebas para alumbrar quién o quiénes podrían estar detrás de este robo. No debe olvidarse la importancia de esta vivienda en el relato del denunciante, porque figura entre los escenarios donde presuntamente sufrió abusos sexuales.

Los vecinos de la calle de esta urbanización no sabían por aquel entonces, cuando se produjo el robo, que cuatro de las ocho personas, entre religiosos y laicos, que habitualmente acuden a esta vivienda estaban acusadas de abusos sexuales a un menor que hoy tiene 24 años. La casa tiene más de 250 metros cuadrados repartidos entre dos plantas y sótanos y una parcela con piscina de 800 metros cuadrados.

Si el robo alimenta más aún las especulaciones sobre este caso de abusos sexuales, ahora ampliado con una segunda denuncia, la Iglesia sigue convencida de que los hechos narrados por el denunciante son -al menos- verosímiles, a tenor de las declaraciones efectuadas por el Papa este martes. No debe olvidarse tampoco, que la Iglesia estaba al tanto de este caso desde el pasado mes de julio y la denuncia a Fiscalía llegó el 14 de octubre. Mediaron tres meses antes de que se iniciara la correspondiente investigación policial. Demasiado tiempo para borrar el rastro de un presunto delito.

Los tres sacerdotes arrestados Román M. V. C., Francisco C. M. y Manuel M. M., así como el docente de Religión, seguramente pasen este miércoles a disposición judicial. El juez mantiene el secreto de sumario sobre esta causa.

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