La Iglesia española afronta en Granada el mayor escándalo de su historia reciente
La Policía detiene a tres curas y a un profesor de Religión por su posible relación con la trama de pederastia que el propio Papa ordenó investigar, que pasan su primera noche en el calabozo
José Ramón Villalba
Martes, 25 de noviembre 2014, 01:17
Tres sacerdotes y un laico del clan de los romanones pasaron ayer su primera noche en los calabozos de la Policía Nacional en la calle ... Palmita de Granada acusados de un delito de abusos sexuales continuados a un joven de 24 años. El único denunciante hasta el momento señaló a los tres curas ahora arrestados como los principales implicados en este supuesto delito. De ellos, Román M. V. C. aparece como el líder. Se trata del párroco ahora apartado de la iglesia San Juan María Vianney del barrio del Zaidín. El segundo es Francisco C. M., juez diocesano separado de sus funciones; y el tercero Manuel M. M., expárroco de la iglesia alpujarreña de Órgiva. Junto a estas tres personas hay un cuarto detenido, Sergio Q. M., profesor de religión y actualmente enfrascado en una investigación relacionada con la rama de Ciencias en la Universidad de Granada. Los tres religiosos fueron suspendidos en su ejercicio profesional por el Arzobispado de Granada el pasado 15 de octubre, justo un día después de que la víctima presentara su denuncia ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, TSJA.
Los cuatro arrestados llegaron a las dependencias policiales poco antes de las doce del mediodía tras ser detenidos en una casa de la calle Quinto Centenario de la urbanización Los Pinillos de Pinos Genil, donde residían los cuatro detenidos desde que saltó este escándalo, el mayor en toda la historia de la iglesia granadina. Los arrestos se han llevado a cabo tres semanas después de que el Juzgado de Instrucción número 4 de Granada incoara diligencias y ordenara el inicio de las investigaciones correspondientes, así como tres meses y medio después de que la Iglesia tuviera conocimiento del caso e iniciara una investigación que puso en aviso a todos los acusados; otras ocho personas además de los arrestados ayer siete sacerdotes y otro laico.
Pasadas las 17.15 horas de ayer, seis vehículos camuflados de la Policía Nacional salían con los cuatro detenidos de Comisaría, cada uno montado en un coche diferente, tapados y tumbados en los asientos traseros para no ser reconocidos por los medios gráficos, en dirección al municipio de Pinos Genil.
Se dirigieron a una casa amplia, bautizada con el nombre Las Cumbres, en la que el denunciante narra que presuntamente se cometieron distintos episodios de abusos sexuales, los más duros, incluidas presuntas penetraciones. La Policía Nacional, junto al fedatario judicial y los cuatro arrestados, estuvo en el interior de esta vivienda hasta las 18.40 horas. La Policía Científica se llevó algunos enseres en una caja de cartón que en principio no han aportado demasiada luz a la investigación. Los detenidos fueron conducidos de nuevo a dependencias policiales, donde anoche durmieron en una colchoneta arropados con una manta que les entregaron antes de ingresar en sus celdas, tal y como lo hacen el resto de detenidos. El titular del juzgado ha ordenado que los cuatro arrestados estén incomunicados mientras no pasan a disposición judicial, una medida cautelar que su abogado ha calificado de «desproporcionada», según recoge Efe.
«Mucho trasiego»
Los tres religiosos arrestados, del clan de los romanones o de los romanes, como eran conocidos en la Iglesia granadina, disponen de viviendas en común en Pinos Genil y Salobreña, aunque en principio no hay visos de que se efectúen nuevos registros hoy antes de poner a disposición judicial a los detenidos, lo cuales tienen 72 horas antes de ser presentados ante el juez. Al cierre de esta edición no habían prestado declaración en sede policial, aunque tampoco tienen la obligación de hacerlo.
Durante el registro policial efectuado ayer por espacio de una hora y media, los vecinos de la calle Quinto Centenario de Pinos Genil comentaron a este periódico que los curas llevaban «siete u ocho años» acudiendo a esta vivienda, que en ocasiones «existía mucho trasiego de personas y coches», e incluso una vecina aseguró que hace dos semanas los «curas denunciaron el robo de tres o cuatro ordenadores en esa casa», un extremo desmentido por la Policía Nacional.
Los tres sacerdotes y el profesor de religión fueron sometidos a la correspondiente fase de identificación: les tomaron tres fotos a cada uno de perfil izquierdo, derecho y frontal, además del señalamiento de las huellas dactilares de los diez dedos. Ese fue el paso previo a que entregaran sus efectos personales a un agente de policía e ingresaran en la celda.
Por su lado, el joven denunciante ha emitido un comunicado a través de su abogado y lo ha hecho público en el blog de Religión Digital donde pide respeto a las actuaciones policiales y judiciales.
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