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La aprobación inicial de la tercera fase de Santa Adela arranca palmas de los vecinos en el pleno

Afectadas por la estafa de La Azulejera son desalojadas por acusar al alcalde de mentir, mientras la oposición focaliza su crítica en Egea

DA NIEL OLIVARES

Viernes, 31 de octubre 2014, 01:20

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Si al concejal de Bienestar Social y Familia, Fernando Egea, no le va la meditación quizá esté pensando en abrazar la filosofía de la escuela zen desde ayer. Su defensa de la gestión de los servicios sociales recibió cañonazos dialécticos por todos los flancos de la oposición en la sesión plenaria que cerró el mes de octubre en el Ayuntamiento de Granada. Una oposición que ayer perdió un efectivo ante la baja por enfermedad de la edil de UPyD, Mayte Olalla. A la socialista Jemi Sánchez, el edil de los temas sociales (y algo más) le cortó «el rollo zen que traía». A la asimismo socialista María Escudero, también, a tenor de sus réplicas en las dos mociones en las que se trataron políticas de igualdad. A Paco Puentedura y a Mayte Molina, de Izquierda Unida, no hizo falta que les cortara nada. Venían meditados de casa, sobre todo cuando de votar por la medalla de Oro de la ciudad para María Santísima de la Amargura se trató. En contra. En el PSOE unos apoyaron la imposición medallística y otros se ausentaron.

Si Buda aplaudió desde algún rincón del Tíbet se desconoce. Y si cuatro monjes, hábito naranja incluido, hubiesen estado en el salón de plenos para aplaudir, tampoco hubiesen cantado. Porque ayer fue el pleno de los aplausos. Sonaron palmas de las gentes de Santa Adela. Y el alcalde no las cortó, como otras veces. Aplaudieron cada una de las intervenciones de los distintos grupos políticos cuando se debatió la moción sobre la «aprobación inicial de innovación puntual del PGOU en el ámbito de transformación y mejora ATM-2», nombre técnico de la tercera fase de arreglos en la que se encontrará el barrio dentro de poco. Aplaudido fue Francisco Puentedura (IU), aplaudido fue Miguel Ángel Fernández Madrid (PSOE) y aplaudida fue, incluso, la concejala de lo urbano, Isabel Nieto, quien tiempo atrás suscitaba gritos de desaprobación por parte de las mismas personas que ayer hicieron palmas y hace un año pidieron su dimisión.

Santa Adela

No tuvo el mismo apoyo unánime la propuesta de archivo del plan especial Santa Adela de 2008. La oposición pidió que quedara sobre la mesa. No ocurrió porque la mayoría delPP se impuso. A Nieto le sentó mal el intento opositor. Quería unanimidad para aprobar las dos mociones relacionadas con Santa Adela. «Era mi ilusión», expresó. Segundos antes había mostrado su satisfacción por el nuevo avance de un tema que, como muchos, se eterniza. «La primera que lo celebra soy yo. O la segunda. Los primeros son los vecinos», indicó.

Puentedura se explicó. «Está bien que ustedes rectifiquen, pero no nos hagan sacar la sonrisa. Si esta situación se ha desbloqueado no es por la voluntad del alcalde y de la concejala, ni siquiera porque haya otra administración implicada como la Consejería de Fomento y Vivienda, sino por la lucha y la movilización de los vecinos», matizó. Y aclaró: «Es necesario evaluar qué ha sucedido para evitar que lo malo vuelva a ocurrir». Fernández Madrid articuló un argumento parecido: «El Plan Santa Adela se merece una evaluación rigurosa. Toca mirar al futuro pero también al pasado, a lo que se ha hecho mal».

Hace cinco meses, los mismos vecinos que aplaudían fueron desalojados del salón del plenos por efectivos policiales por acusar entonces al equipo de gobierno de mentir y por montar jaleo. Los santadelanos ayer se marcharon contentos. Y no pudieron verse reflejados en otras ciudadanas a las que el alcalde pidió después que abandonasen la sala por dirigirse a él y acusarle de falsear la verdad. A José Torres Hurtado le disgusta que le llamen mentiroso. Lo hizo una de las afectadas por la estafa de las viviendas de la Azulejera, cuyo asunto lo llevó a pleno la oposición en bloque en una moción conjunta. Piden que Urbanismo busque «una fórmula jurídica» que resuelva el entuerto, así como la devolución de la tasa cobrada por la licencia a los cooperativistas. Nieto abogó por «buscar soluciones entre todos dentro de la ley», pero negó conocer quiénes son las familias afectadas, el contrato firmado y con quién. Rechazó también que hubiese habido una reunión con los afectados. El alcalde hizo lo propio. «Eso es mentira», afeó desde la bancada del público una de las estafadas, letrero de protesta en mano. A la calle. Las dos representantes del grupo lo hicieron de forma pacífica, invitadas por un agente que les pidió el DNI.

Sin "rollo zen"

A esas alturas, Egea ya había recibido los primeros rapapolvos. Uno por prorrogar el IV Plan Municipal de Igualdad entre mujeres y hombres, y viceversa, y otro por el Plan de Infancia y Adolescencia. IU se abstuvo en el primer punto porque considera que hay «falta de creencia en una concejalía específica de la mujer», cuyos derechos «están siendo gravemente afectados», según Maite Molina. Desde el PSOE, María Escudero acusó a Egea de incumplir un 13% del contenido del plan que prorroga y de «perder dos años en un ayuntamiento que ha sido pionera en políticas de igualdad en España». Volvería a la carga más adelante con una moción presentada por ella misma. «No se arroguen la voz de las mujeres», reclamó Egea a ambas.

Antes, a Jemi Sánchez se le cortó «el rollo zen» por defender Egea que su Plan de infancia «no es un catálogo así lo definió la socialista, sino algo muy serio, bien preparado y dirigido por una de las personas más capaces que hay en España, Esther Aguilera». «El problema no es Esther, es usted, que no sabe gestionar. Váyase», cargó Sánchez. La oposición a la moción popular para poner en marcha medidas contra el absentismo escolar, otro frente más, alteró a Egea:«Son ustedes como los padres, justifican el absentismo escolar». Una frase para meditarla. Constó en acta.

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