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El patrón de la embarcación de Salvamento Marítimo en el puerto de Motril muestra un traje.
La provincia está en guardia frente al virus

La provincia está en guardia frente al virus

Los profesionales que están en contacto con las pateras disponen de equipos de aislamiento y formación

Mercedes Navarrete

Domingo, 12 de octubre 2014, 01:05

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El primer caso de contagio de ébola en territorio español inquieta a la población, mientras las autoridades piden calma y, en el caso de Granada, garantizan que con el aeropuerto y el puerto de Motril como puntos de riesgo la provincia está preparada y sabría cómo actuar ante el peor de los hipotéticos escenarios. Gobierno y Junta tienen preparados los protocolos.

Tanto los profesionales de la red sanitaria como los que trabajan en las fronteras incluidos los profesionales que atienden a las personas que llegan en patera mantienen activado el mismo procedimiento desde que el pasado mes de agosto la Organización Mundial de la Salud declaró el brote de ébola como emergencia sanitaria internacional, según explican desde la Subdelegación del Gobierno.

Los pasos del protocolo, básicamente, se resumen en el aislamiento, la protección del personal mediante trajes especiales y la deriva de cualquier caso sospechoso al sistema de salud. En Granada, el hospital general Virgen de las Nieves es el centro de referencia en la toda la provincia.

En el aeropuerto de la capital y el puerto de Motril, que recibe tanto buques de mercancías como pasajeros desde el Norte de África por sus tres líneas regulares con Melilla, Nador y Alhucemas, se sigue el protocolo impuesto por Sanidad Exterior, que obliga a llevar un control de todos los vuelos o atraques así como a informar de aquellos no programados. Desde la Subdelegación no se ha precisado si se ha llegado a realizar alguna inspección en el puerto o algún test a pasajeros. Durante la pasada Operación Paso del Estrecho solo se practicaron estos controles en Algeciras.

La habitación 434

En cuanto al sistema sanitario, todos los hospitales de Granada cuentan con habitaciones de aislamiento ante la eventualidad de que pudiera aparecer un caso de ébola. No es por alarmar, es por tranquilizar. Cualquier caso que se pudiera detectar debe ser derivado directamente al Virgen de las Nievas. En la cuarta planta, que está dedicada a la unidad de enfermedades infecciosas, se encuentra la habitación 434, que recientemente ha sido reformada y acondicionada para recibir alguna emergencia relacionada con el virus. En su apariencia externa, se trata de una habitación común, pero tras la puerta ha sufrido algunas modificaciones para cumplir con los requisitos del protocolo. Cuenta con un vestíbulo previo dotado de varios equipos especiales de protección y un lavabo. Una doble puerta separa esta estancia de la del paciente. De momento, permanece cerrada y esterilizada, lista para hacer uso de ella en caso de que se necesite aislar a alguien.

Además, los hospitales de la provincia e incluso los centros de salud, disponen de los trajes especiales de aislamiento para tratar a posibles casos. Se han distribuido unos 500 equipos por toda Granada. Tanto en los hospitales de Motril, Baza y Guadix, los profesionales médicos se remitirán al protocolo establecido por la Consejería de Salud, en el que se detallan las condiciones en las que se debería de realizar el traslado y el aislamiento de los pacientes, informan J. J. Pérez, J. Utrera y N. Jiménez.

La inmigración irregular a través de la costa por más que el virus no haya entrado al país cruzando el Estrecho es otro foco de atención con el que el Gobierno no baja la guardia. Todos los profesionales que atienden a las personas que llegan en patera en Granada cuentan con los equipos especiales de protección y siguen un protocolo de seguridad. Los primeros, los que rescatan a los inmigrantes del agua, los profesionales de Salvamento Marítimo, que trabajan absolutamente blindados por los equipos de protección.

«No llevamos ni un centímetro de piel expuesta», explica el patrón de la embarcación Salvamar Hamal con base en el puerto de Motril, Juan Carlos Jiménez, que asegura que ya se tomaban estas medidas de seguridad antes de la emergencia internacional por ébola. «Antes podían ser el sida o la tuberculosis, el riesgo siempre ha estado ahí. Desde agosto llevamos a bordo termómetros digitales para controlar la fiebre, es lo único que ha cambiado», apunta Jiménez.

Toda la tripulación de la Salvamar tiene absolutamente asimilado, como una parte más de su trabajo, el protocolo de seguridad. «Estamos acostumbrados a tratar heridas. A nadie se le ocurre hacerlo sin guantes. Estos comportamientos los tenemos totalmente mecanizados, son ya muchos años de experiencia», detalla el patrón. El equipo habitual a bordo es el traje de aislamiento, doble guante de látex y encima otros de protección química mascara, gafas y botas impermeables. «Sabemos a lo que vamos, somos profesionales y medios no nos faltan», reitera Jiménez. Después de cada rescate, los profesionales de Salvamento se desinfectan la piel y realizan igual tratamiento con productos específicos en todo el barco. Además, estos profesionales reciben formación continua cuando no están embarcados y entrenan ejercicios de adiestramiento con simulacros contra agentes biológicos, por ejemplo. Reconoce que desde que estalló la alerta del ébola trabajan «aún con más respeto» pero confiados, «porque medios y formación no nos faltan». «Nuestro trabajo es salvar vidas, nos da igual si tiene fiebre o posibles síntomas. De hecho, la fiebre es común en la pateras, después de pasar tantas horas a pleno sol», indica.

Máxima protección

También en Cruz Roja confían en sus medios y en los protocolos de seguridad, aunque son conscientes de que el riesgo cero no existe. Aunque en el puerto cuentan con equipos de máxima protección individual, de manera rutinaria, para atender al personal de las pateras se limitan a utilizar guantes, mascarillas y a cumplir escrupulosamente los protocolos de seguridad (evitar contacto con fluidos, etc.). Por fortuna, en Motril, con estas medidas ha sido suficiente. Desde el pasado mes de agosto se han atendido a 124 personas llegadas en pateras y apenas se han dado casos de fiebre, que se descartaron de forma rápida sin llegar a hacer saltar las alarmas, según explica el responsable de la ERIE de Cruz Roja, Juan Alcausa. «Tenemos equipos de riesgo biológico de protección completa que no ha habido que utilizar. El personal está tranquilo», concluye el profesional de Cruz Roja, que insiste en que el riesgo de que el virus viaje en las pateras es bajo, ya que los inmigrantes «han pasado meses esperando en Marruecos antes de embarcar».

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