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El público abarrotó la sala para la ponencia matinal de José Carlos García, a pesar de lo tempranero de la hora.
Un inicio para chuparse los dedos

Un inicio para chuparse los dedos

José Carlos García, Joselito, Mariano García y Lutz Bösing realizaron ponencias de gran altura | Granada Gourmet cumple las expectativas con miles de visitantes en su primera jornada

JOSÉ A. MUÑOZ

Sábado, 27 de septiembre 2014, 00:32

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Amaneció este viernes, viernes septembrino, con alguna nube en el horizonte. Sin embargo, esta es más bien una crónica de soles y estrellas. Granada Gourmet 2014 inició brillantemente su andadura cuando apenas pasaban unos minutos de las diez de la mañana. El ancho de la acera situado frente a la puerta de entrada del Palacio se quedó pequeño para acoger al nutrido grupo de profesionales, futuros profesionales, diletantes y aficionados que esperaban para la apertura de puertas.

Cuando estas se abrieron, muchos iniciaron su rutina mañanera como un día más, comprando el periódico y desayunando... pero esta vez gratis. Este viernes -y durante todos los días del evento- quienes adquieran su ejemplar de IDEAL en la taquilla de Granada Gourmet en el Palacio de Congresos podrán participar en los desayunos tradicionales con chocolate y churros, pan con aceite y el domingo, con torta de la Virgen.

Con el primer alegrón gastronómico del día, el hall principal del Palacio de Congresos se convirtió en un ir y venir de grupos que, programa en mano, encaminaron sus pasos a las citas de su elección. La primera, la ponencia de José Carlos García. El malagueño tuvo el honor de 'abrir fuego' con una charla en la que se confesó «abrumado» por el recibimiento del público, que prácticamente abarrotó la sala Manuel de Falla -la segunda en tamaño del Palacio- para escucharle.

En su presentación, Pablo Amate, director gastronómico del evento, destacó la trayectoria de un chef que mamó la culinaria desde pequeño y que ha convertido su restaurante en Muelle Uno de Málaga en un lugar imprescindible par los amantes de la buena mesa. García, que es cualquier cosa menos un divo, estuvo acompañado en su presentación por su colega Carlos Caballero, de La Rebaná, otro conocido local de la capital costasoleña. El hijo de aquellos visionarios que en su día crearon Café de París, más allá de explicar una decena de platos con una claridad y un rigor que apenas suscitó preguntas del público, supo explicar su concepto de gastronomía, supo transmitir su filosofía de negocio, basada en la cercanía -su restaurante tiene una sola puerta, y está en la cocina- y en la ruptura del rígido protocolo que impregna otros cenáculos. No me voy a extender en la excelencia de los platos que García trajo a la ciudad. Solo citaré que me llamó especialmente la atención una ensalada de caballa con mostaza en tres cocciones, con crudités de rábano y hierbas del jardín vertical que García tiene en su establecimiento.

Mientras en el expositor de Pilsa Educa se sucedían las actividades -con demostraciones gastronómicas y otras en torno a la historia del cóctel, por ejemplo-, llegó la hora del jamón. Del jamón Joselito, el mejor del mundo según los expertos. José Gómez no defraudó al casi centenar de privilegiados que pudieron sentarse a degustar tres añadas extraordinarias -en el jamón también las hay-, las de 2010, 2009 y 2008. Tres jamones espectaculares, fundentes en boca, con la sal justa, una delicia para el paladar. Como deliciosa fue la explicación de Isabel Beatriz, la directora de calidad de la firma de Guijuelo, capaz de explicar de la manera más sencilla uno de los procesos más complicados que imaginarse puedan. Entre los asistentes, la flor y la nata de la culinaria local -los Oruezábal, Pedraza, Torres...-, que crearon con el protagonista, franco, orondo y siempre con la palabra justa a flor de labios, una complicidad que convirtió la cata en una auténtica fiesta.

Vinos con corazón

Simultáneamente, Mariano García, el mejor enólogo de España, repartía humildad, bonhomía y sapiencia en la sala de catas. Bajo el brazo traía los vinos de sus Bodegas Mauro, su gran proyecto empresarial, que tan buenos momentos ha proporcionado y proporciona a los amantes de los buenos caldos. Cuatro referencias, Mauro, VS, Prima y San Román, vertebraron una degustación que encantó a los presentes, que a la salida comentaban que habrían estado horas no solo catando tan excelentes etiquetas, sino escuchándole hablar. Un auténtico lujo para Granada Gourmet, sin duda.

Y si interesante fue la cata enológica de la mañana, la de la tarde no se quedó atrás. Investigar, a pesar de lo que digan algunos, siempre es rentable. Innovar siempre es rentable. Y este viernes quienes asistieron a la degustación de los vinos de Bodegas Roda pudieron comprobarlo de primerísima mano. Agustín Santolaya, director general y técnico de esta firma, dio todo una lección sobre algo que a muchos entendidos se les escapa: las auténticas diferencias, más allá de lo geográfico y de que unos caldos puedan considerarse más suaves que otros, entre los vinos de Rioja y los de Ribera del Duero. Suelos, vientos y manos diversas dan lugar a dos de las denominaciones de origen más conocidas en nuestro país.

Santolaya hizo una exposición extremadamente atractiva, plagada de anécdotas, que demuestran bien a las claras la importancia que tienen nuestros vinos en todo el mundo. De entre todas, me quedo con una: mientras catábamos el fantástico Sela 2011, un tinto de Rioja suave y untuoso en el paladar, comentó el hecho de que una botella de este caldo, cuyo precio es de 15 euros por botella, se vende en hoteles como el Upper House de Hong Kong o el Ritz Carlton de Shanghái al precio de 24 euros... la copa. Sin duda, el lujo asiático existe, pero tiene origen español.

Antes de esta cata, a primera hora de la tarde, se habían sucedido otras dos igualmente interesantes. La primera, la de illycaffé, o simplemente illy, como prefieran. Michele Maneo, director de Marketing de la firma, y Mireya Azuara, directora de comunicación, transmitieron a la perfección el concepto que illy ha implantado para crear el que, sin duda, es uno de los productos más apreciados por los cafeteros: sostenibilidad, mimo en la crianza y cosecha, el transporte y el tueste, y una mezcla única que hace disfrutar y sonreír a quien tiene la fortuna de degustarlo.

Y junto al café, el gin tonic, un combinado que se impone en el mundo. El inefable Curro hizo una disertación sobre el origen y la evolución de este digestivo, la proliferación de marcas y modos de fabricación. Fue la mejor forma de comenzar la tarde.

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