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El magistrado Rafael Toledano, en el patio de la Real Chancillería, sede del TSJA.
«La Sala de Vacaciones del TSJA sirve para que los demás estén de vacaciones»

«La Sala de Vacaciones del TSJA sirve para que los demás estén de vacaciones»

El magistrado Rafael Toledano, al frente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía durante el mes de agosto, explica que el criterio es «no molestar a ninguno de los que se han ido de vacaciones bajo ningún concepto, a no ser que se dé un caso excepcional»

Javier F. Barrera

Martes, 19 de agosto 2014, 00:47

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Son despachos grandes y oscuros, describe Rafael Toledano los escritorios de trabajo de la Real Chancillería. «Pero, en fin, no nos vamos a quejar», remata este hombre del Derecho que es o ha sido juez, magistrado, juez, presidente de sala y, ahora en agosto, el responsable de la denominada Sala de Vacaciones del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ( TSJA), «concebida «para la gente que no se va de vacaciones, precisamente; y que sirve para que los demás estén de vacaciones». El magistrado Rafael Toledano explica que el criterio es «no molestar a ninguno de los que se han ido bajo ningún concepto, a no ser que se dé un caso excepcional»

Rafael Toledano nació en Jaén en 1959 y estudió Derecho en la UGR en la promoción 1976-81. Ingresó en la carrera judicial por oposición en 1984 y en la carrera fiscal en 1983. Fue destinado como fiscal desde 1984 en Granada, primero adscrito a los juzgados de Motril, más tarde Baza y después a la fiscalía de lo que entonces era la Audiencia Territorial de Granada. Estuvo diez años como fiscal.

Reingresó en la carrera judicial gracias a una oposición de magistrado especialista de lo Contencioso. Aprobó en 1993. Era una oposición muy reducida entre tres jueces «y era bastante dura. Saqué el número uno y me destinaron en junio de 1993 a la Sala de lo Contencioso de Sevilla como magistrado. Estuve hasta finales de 1994, diciembre».

Entonces solicitó el traslado a la Sala de lo Contencioso de Granada, en la que está desde entonces como magistrado de la sala, en la sección II, «hasta 2010, en que pedí, y me aceptó el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), la presidencia de la sala, que desempeño desde entonces.

Rafael Toledano cuenta que «la Sala de lo Contencioso Administración era la oveja negra del retraso, pero hemos pasado de tener 18.000 casos pendientes hace cuatro años a tener menos de 9.000, la mitad, un 60% se ha reducido». «Y tenemos previsto que para finales de mandato, que es octubre de 2015, lo que son asuntos para dictar sentencia, estarán actualizados, y se podrá considerar que esté normalizado».

Rafael Toledano define la Sala de Vacaciones como es la sala «para que los demás se vayan de vacaciones». Añade que es muy pequeña. Cuenta con el presidente, que asume las funciones de presidente del TSJA, y al menos dos magistrados. Y esa sala hace funciones jurisdiccionales para los asuntos a los que le sigue corriendo el plazo y las funciones gubernativas que asume el presidente en funciones, pero también la Sala de Gobierno, si es preciso».

Pone ejemplos: «Si se detiene a un parlamentario aforado, o a un juez, y hay causa penal y hay que hacer una actuación, le corresponde al presidente y a dos magistrados. Entonces designarían un instructor y la Sala adoptaría las pertinentes resoluciones judiciales. De hecho, en los casos de Civil y Penal, si hay algo en agosto, como auto de prisión o libertad, lo adopta la Sala de Vacaciones».

Luego, además de las posibles contingencias o casos urgentes como el del ejemplo señalado, están las funciones de gobierno interno del TSJA, que es en toda Andalucía: «En la Justicia no puede haber boquetes. Alguien tiene que atender».

-¿Puede caerle cualquier marrón?

-Hace tres años en Almería se murió un detenido en un cuartel de la Guardia Civil. Y hubo mucha conflictividad. Siempre puede ocurrir cualquier cosa, porque las actuaciones penales siguen siempre su curso.

Rafael Toledano dice que siempre se ofrece voluntario para trabajar el mes de agosto «por razones de hábito personal. Siempre hay personas que están dispuestas a quedarse el mes de agosto. Yo me he quedado casi siempre alguna quincena y en estos cuatro años como presidente de la Sala de lo Contencioso me quedo cuasiobligatoriamente. Creo que desde 1995 hasta ahora puedo haber estado trabajando en agosto perfectamente catorce años. Y los cuatro últimos, como presidente».

A Rafael Toledano le resulta agradable Granada en verano: «La ciudad está menos cargada, tanto de personas como de actividades, y en principio el trabajo es relajado. Apenas hay llamadas de teléfono, no hay urgencias y por tanto tienes la posibilidad de planificar bien y hacer un trabajo que durante el año no puedes, como estudiar todo lo que no te da tiempo». Su rutina es sencilla: «Llego a primera hora, doy una vuelta por la secretaría para ver si ha entrado algún caso, y trabajo en el despacho hasta mediodía».

En ese momento «me pongo con la aplicación de firma electrónica en lugar de que me bajen los expedientes aquí, en la faceta gubernativa, y tramito las licencia por enfermedad, los permisos, o un juez que necesita un sustituto... Cuando termino me reúno con los magistrados de la Sala de Vacaciones, si hay que deliberar se delibera, si no, comentamos el día y cómo se presenta la semana, y poca cosa más», concluye.

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