El Bañuelo, el refinamiento conservado del reino Zirí

El Bañuelo situado en la Carrera del Darro es uno de los pocos lugares de hamman que consiguieron salvarse de la destrucción de los Reyes Católicos, porque para los cristianos los baños árabes tenían una reputación comparable a la de los burdeles.

Se trata de uno de los tres baños medievales que conserva la ciudad de Granada, junto con el de la calle del Agua y el de Hernando de Zafra, puesto que la mayoría fueron demolidos en el siglo XVI.

Esta maravilla ha sobrevivido a pesar de que sobre ella se construyera una casa particular casi desde el mismo día de ocupación de la ciudad por los castellanos. Tiene acceso por una pequeña casa, renovada en su construcción en la época cristiana.

Su planta es rectangular y sus muros de hormigón, que cubren los distintos aposentos de bóvedas de ladrillo con tragaluces octogonales y en forma de estrella para iluminarlos.

Este baño se encuentra en una de las zonas más privilegiadas de Granada, la Carrera del Darro.

Es conocido también como Baño del Nogal (Hamman al Yawza) o de los, Axares, haciendo alusión este último al nombre que tenía el barrio cuando se construyó: Barrio de los Axares -de la Salud o Deleite- muy elogiado por los poetas musulmanes, tanto por su clima como por los bellos edificios que en él se encontraban.

Valores del hamman

Los baños proliferaron por todo el territorio de Al-Andalus, por lo cual se deduce la importancia que para los musulmanes -andalusíes-, que tenía el agua que, en el caso del baño, alcanzaba un doble objetivo: la limpieza corporal y espiritual. Como en la religión cristiana, el agua era un símbolo de purificación, limpieza de los pecados y regeneración. Por ello, tras él se liberaban de aquellos actos realizados contra los preceptos del Corán. Nos hablan también, los baños de la pulcritud del pueblo musulmán, como así testifica el gran Poeta Ibn al-Jatib, en contra de la opinión de otro poeta también de la época, Ibn Jaldum, que consideraba descuidados a los habitantes de los núcleos rurales.

El baño de época musulmana tenía una estructura similar a la que hoy se conserva. Se comenzaba en un vestíbulo, una especie de sala larga y transversal, con alcobas a los lados, una habitación de agua fría, una templada y una caliente. La sala fría disponía de temperaturas y agua acorde con la estación del año. La templada consistía en un recinto cuadrado, con columnas y cubierto por una gran cúpula en la que se abrían lucernas. La sala caliente era el último recinto de los baños, el lugar propio de la sauna, donde la temperatura era muy alta por estar debajo las calderas.