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Carlos Luna, el dueño de las dos perras extraviadas en Albolote, posa junto a uno de los carteles que han creado para encontrarlas.
Las vacaciones dejan a una familia con ocho patas menos

Las vacaciones dejan a una familia con ocho patas menos

Una pareja sevillana se queda en Albolote 13 días buscando a sus dos perras, extraviadas tras un robo en una estación de servicio durante sus vacaciones

LAURA SANTACRISTINA

Viernes, 4 de julio 2014, 01:17

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Albolote se ha convertido en un auténtico laberinto, un enjambre de esquinas, plazas y avenidas que dos parejas diferentes recorren buscándose pero sin encontrarse. Una lo hace a gritos y la otra a gatas. Carlos Luna y Silvia Marín viven en una constante intriga desde que el pasado domingo 22 de junio sus dos perras, Naya y Asia, desaparecieran en la estación de servicio El Torreón, un complejo en la carretera A-92 que rodea el municipio.

Es el punto intermedio que habían escogido para detenerse a comer y descansar mientras regresaban a Sevilla desde Almería, donde habían pasado unos días de vacaciones junto a su pequeño de seis meses, Izan. La pareja dejó el coche aparcado en un extremo y fue a comer algo. Al volver encontraron su coche abierto de par en par: les habían robado todo el equipaje, aunque eso no les importó tanto como que los ladrones permitieran que las dos perras escaparan.

Desde entonces no han dejado de mover cielo y tierra para encontrarlas vivas. Los mensajes de personas que dicen haberlas visto mantienen su esperanza. Además, familiares y amigos también han llegado para ayudarles. Carlos sigue en el pueblo, pero Silvia ha regresado a Sevilla para cuidar a su hijo. Ninguno imaginaba que sus vacaciones iban a convertirse en una desagradable investigación.

Implicación ciudadana

Ya hay más de 25 personas buscando, diariamente y divididas en diferentes turnos, a Naya y Asia, dos perritas de 9 y 7 años, la una blanca y la otra negra. «Cuando iban juntas era fácil distinguirlas, pero ahora que se han separado es más complicado que la gente las identifique», explica Carlos, más intranquilo desde que se enteró de que cada una va por su lado. Sin embargo, mantiene la esperanza porque diariamente recibe avisos de gente que las ha visto. «Hasta ahora no las han recogido porque siempre se han dado cuenta de que eran ellas tras ver los carteles o escuchar alguna noticia, pero no al momento». Por eso han empapelado las calles con fotografías, colgado anuncios en las redes sociales y acudido a los medios de comunicación. Incluso ofrecido una recompensa de 1.000 euros.

Este jueves comenzó a colaborar una empresa especializada en la búsqueda de personas desaparecidas con la ayuda de perros, pero en este caso deben llegar hasta hermanos suyos. Todos los implicados tratan de encontrar a Naya y Asia en Albolote y lugares cercanos como Peligros, Atarfe o Maracena, aunque cuando alguien las ha identificado lo ha hecho en las urbanizaciones de Loma Verde, el Cortijo del Aire, el Barranco del Lobo y hasta en la propia gasolinera donde todo empezó. A la perrita negra alguien la vio por última vez el miércoles en el barranco, pero de Naya no hay noticias desde el sábado.

Familiares, amigos, asociaciones defensoras de animales y personas de la localidad están ayudando a Carlos, quien está usando el resto de sus vacaciones para encontrarlas, pero que debe regresar el sábado a Sevilla para incorporarse nuevamente al trabajo y volver junto a Silvia e Izan.

Ni la Guardia Civil, ni la Policía Nacional, las perreras municipales o su propio veterinario han podido ayudar, aunque ambos animales están identificados con el chip que la normativa les obliga a llevar.

Groucho Marx decía que cuanto más conocía a los hombres, más amaba a los perros; un pensamiento que lleva atravesando a esta pareja sevillana desde que alguien arrebató a su familia dos de sus miembros.

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