Edición

Borrar

El mejor refugio está en la cárcel

Muchos delincuentes aprovechan sus permisos penitenciarios de fin de semana para cometer delitos y así tratar de pasar desapercibidos

José Ramón Villalba

Viernes, 9 de mayo 2014, 10:31

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

¿Cuál es el mejor refugio para esconderse tras cometer un delito? Cada vez hay más delincuentes capaces de contestar a esta pregunta con hechos y no con palabras: la cárcel se ha convertido en su principal escondite.

La pasada madrugada del martes, la Guardia Civil logró detener a dos delincuentes que presuntamente habían reventado las máquinas tragaperras de un bar de Lanjarón. Tras ser sorprendidos, los dos supuestos cacos se dieron a la fuga con un coche robado cuando se percataron de que habían sido descubiertos. Una persecución espectacular desde Lanjarón que acabó en La Malahá después de que la Guardia Civil le cerrara el paso. Uno de los dos ocupantes del coche había salido de permiso penitenciario ese mismo lunes, pocas horas antes de presuntamente cometer su penúltima fechoría. Si no se le hubiera detenido, ¿quién iba a sospechar de este individuo?

Uno de los golpes más importantes dado al narcotráfico en los últimos 24 meses permitió desarticular una importante banda internacional de tráfico de hachís. Los Edoas del instituto armado de Granada y Málaga detuvieron a 15 personas, entre ellas al cabecilla de la organización, Saoud Rezgani, un peligroso delincuente de origen magrebí que escapó de un hospital penitenciario de Suecia en 2003 tras agredir a dos policías. Este individuo tenía una orden de busca y captura internacional. Uno de los refugios elegidos para esconderse lo tenía localizado en el litoral granadino, aunque finalmente sucumbió ante la insistencia de los investigadores en un céntrico parking de la capital malagueña. Este individuo siempre iba armado y estaba en la lista de los delincuentes más buscados.

Además de los quince detenidos, hubo dos personas más imputadas, familiares del cabecilla y del conductor de la lancha que traía el hachís desde Marruecos hasta el litoral granadino y malagueño. Precisamente fue este conductor de la lancha uno de los que más trabajo costó detener porque se encontraba ingresado en un penal de Málaga y aprovechaba los permisos de fin de semana para efectuar los viajes a Marruecos. El mismo día que tomaba su permiso, se montaba en la lancha y regresaba al día siguiente cargado de hachís. Pocas horas después, ingresaba en el penal para cumplir su condena. Los agentes tardaron un tiempo hasta ponerle rostro a este individuo. La operación se desarrolló en la primavera de 2012.

La Policía Nacional también sorprendió el pasado mes de agosto a cuatro individuos intentando robar una vivienda en la zona norte de la ciudad. La llamada de un vecino permitió a los agentes toparse de lleno con los cuatro individuos que estaban con las correspondientes herramientas en la mano y con media puerta forzada ya para entrar. De los cuatro arrestados, dos de ellos se encontraban de permiso penitenciario.

Responsabilidad

Un estudio sobre la 'Responsabilidad Patrimonial de la Administración Penitenciaria. Algunos Criterios Jurisprudenciales', de Javier Nistal Burón, recoge distintas sentencias en las que Instituciones Penitenciarias ha tenido que correr con las responsabilidades civiles y patrimoniales por los daños cometidos en delitos por presos durante sus permisos penitenciarios.

La Policía Nacional también detuvo el pasado mes de junio a dos varones de 37 y 39 años identificados como los asaltantes de una vivienda en la capital granadina de donde se llevaron un turismo de la cochera, un televisor, una cartera repleta de tarjetas de crédito, así como ordenadores y teléfonos móviles. Uno de los dos arrestados se encontraba de permiso penitenciario y estaba cumpliendo una condena por cuatro robos cometidos durante otros permisos carcelarios.

Lo más increíble que se ha registrado en los últimos años no era gente que cometiera delitos durante su estancia en la calle, sino que desde dentro de la prisión presuntamente cometía el delito. La Guardia Civil imputó por tráfico de drogas a un matrimonio de Huétor Tájar, el pasado mes de noviembre, que supuestamente dirigían desde el penal de Albolote a un clan de narcotraficantes que operaba en Huétor Tájar y distribuían cocaína en la zona del Poniente granadino. La Policía Judicial de la Guardia Civil desarticuló esta banda, incluidos los dos cabecillas que dirigían la organización desde el mejor refugio que puede tener un delincuente, la cárcel, en este caso, la de Albolote.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios