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Una de las denunciantes muestra los documentos presuntamente falsificados para no tener que devolver las subvenciones. :: M. V. COBO
Un juzgado investiga a una academia por presunta falsificación de firmas
GRANADA

Un juzgado investiga a una academia por presunta falsificación de firmas

Los estudiantes denunciaron ante fiscalía al comprobar que el centro envió renuncias falsas a contratos de prácticas a su nombre

J. R. VILLALBA Y M. V. COBO

Miércoles, 23 de abril 2014, 16:41

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La investigación abierta por la Policía Nacional sobre una decena de centros de formación de la provincia granadina corre paralela a la que lleva a cabo el Juzgado de Instrucción número 2 de la capital. En esta sede judicial se están llevando a cabo pesquisas sobre la presunta falsificación que llevó a cabo una academia -con sedes en Granada y el Área Metropolitana- que habría imitado las firmas de sus alumnos para justificar una subvención que había recibido.

Concretamente, al citado juzgado de instrucción han llegado cuatro de las ocho denuncias que presentaron los estudiantes de un curso de administrativo contable que incluía compromiso de contratación al finalizar los estudios. Fuentes judiciales confirmaron ayer a IDEAL que el fiscal ha solicitado recientemente nuevas pruebas para tratar de esclarecer el asunto.

Todos los inscritos disfrutaron de los siete meses de formación que incluía el curso, el problema llegó a la hora de cumplir con el compromiso de contratación posterior. Un 60% del alumnado debía disfrutar de ese contrato para que la academia recibiera la subvención íntegra de la Junta de Andalucía, del área de Empleo, que era la que en ese momento repartía el dinero de la formación.

Sin embargo, ninguno de los ocho denunciantes, que son más del sesenta por ciento del alumnado, llegó a disfrutar de ese contrato posterior. Al ver que acababan las clases y no se ponían en contacto con ellos para ofrecerles el contrato protestaron en la academia, sin obtener resultados. Acudieron entonces a la delegación de Empleo, donde les mostraron unos documentos en los que supuestamente renunciaban a los contratos que les ofrecía una empresa. Todos ellos señalaron entonces que las firmas eran falsas, ya que nunca habían rechazado tal propuesta laboral. Y al comprobar que desde la Junta se daban por buenos dichos documentos decidieron acudir a la fiscalía provincial para denunciar que habían falsificado sus rúbricas.

Esta firma permitía a la academia justificar que no se les hubiera buscado un contrato a los alumnos, como exigía la convocatoria de ayudas públicas. De hecho, en caso de no justificar que se cumplía el compromiso de contratación, la academia tenía que devolver la subvención íntegra.

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