Deifontes no quiere que el 'Mantecado' vaya a la cárcel

José Antonio Ruiz Gutiérrez, el 'Mantecado', tiene de plazo hasta el lunes para entrar en prisión. La Audiencia Provincial lo condenó en junio del año pasado a dos años y tres meses de cárcel. Recurrió al Tribunal Supremo pero la Sala de lo Penal inadmitió la casación a finales de febrero y ya no hay vuelta atrás. Directo a Albolote.

Ingresará en el centro penitenciario como autor de un delito contra el medio ambiente y dos delitos de lesiones, que además le obligan a pagar una multa de 1.200 euros y otros 8.000 euros como indemnización a los perjudicados por esos delitos.

Su madre, Toñi, lo ve de un modo bien distinto. «Es una injusticia que arruinen la vida de una familia por la música de un bar, cuando en todos los bares se pone música. Estamos destrozados», solloza. Toñi no se resigna a ver entrar a su hijo en la cárcel y ayer convocó a los vecinos de Deifontes para que sea todo un pueblo el que levante la voz contra esa inevitable entrada en prisión de un hombre «que no ha matado a nadie, mientras están poniendo en la calle a etarras y asesinos», añade Toñi.

La madre de José Antonio regentaba un Covirán y una Navidad, con el objetivo de recaudar fondos para un viaje de estudios, el pequeño José Antonio se hartó de llevar y traer mantecados por todo el pueblo. Y se quedó con ese apodo. Hace siete u ocho años, se hizo cargo del bar Atalaya, en pleno corazón de Deifontes.

A comienzos de 2010, unos vecinos presentaron una denuncia por los ruidos excesivos que emitía el establecimiento, denuncia que dio pie a la apertura de una investigación judicial que terminó con una vista oral en la Audiencia Provincial. El tribunal le impuso la referida condena y ahora, tras agotar el recurso ante el Tribunal Supremo, no le queda otra alternativa que entrar en prisión, obligación que deberá cumplir el próximo lunes como muy tarde.

El 'Mantecado' agradeció ayer el apoyo de sus vecinos, concentrados delante de su bar durante más de una hora, y lamentó que su inevitable ingreso en prisión se deba a la denuncia de una pareja «que apenas vivieron un par de meses al lado del bar, cuando ahora hay una familia que vive encima y no ha protestado nunca».