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El grupo Pájaro Jack, durante su concierto en Planta Baja. :: J. J. G.
Pájaro Jack, brotes verdes
CULTURA

Pájaro Jack, brotes verdes

Lleno completo en el Planta Baja para el estreno del nuevo trabajo de Pájaro Jack, un grupo que se reserva el derecho a la sensibilidad y las emociones débiles

JUAN JESÚS GARCÍA

Domingo, 15 de diciembre 2013, 02:58

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Lleno completo en el Planta Baja para el estreno del nuevo trabajo de Pájaro Jack, un grupo que se reserva el derecho a la sensibilidad y las emociones débiles. Entre la sombras muchas caras conocidas, casi todo el pop local representado como corresponde a la fiesta social de una puesta de largo de un grupo que apuntaba maneras y ya han brotado, tiernas y con más cuerpo.

En poco más de dos años han pasado de un grupo ingrávido de afortunadas melodías y conciertos que daba la sensación de que se podían romper con solo mirarlos, a una reformulación sonora más compacta y segura, y sin perder la esencia sutil de las pequeñas palabras y la presentación hasta con toques naïf. Lo curioso es que hablando educadamente bajo, en un entorno excesivo siempre y vocinglero, han llegado mucho más lejos que la mayoría: festivales, premios y por lo comprobado un público creciente.

Con ese perfil, el sonoro que imagino correspondiente al vital también, no tienen prisa ninguna, y sus canciones van entregándose con cuenta gotas, ahora cinco más, si bien el paréntesis (parte I) anticipa continuación. A vuelaescucha daba la sensación de que las de ahora estaban más armadas que las anteriores, y efectivamente, en directo ofrecen más brío eléctrico, aunque en su caso sin riesgo de electrocución porque van a 12v aunque la intensidad pueda ser alta. Los temas nuevos suenan más fluidos, y los antiguos más rodados, seguros y también como red paracaídas: los estribillos de Las luces, Ensoñación, Te buscan son toda una garantía para reengancharse al concierto. Han trabajado cada pieza con delicadeza y cariño, se nota: las rítmicas se salen de lo habitual por imaginación, la mandolina refresca y rejuvenece, los teclados colores primarios con pincel del cero y, sobre todo, las voces empiezan a ser muy reseñables, por la fantasía con que las han calculado y porque la hacen realidad a tres bandas; saben que es su tesoro y las destacan (acaso demasiado) sobre el fondo sonoro, incluso corriendo el riesgo de que se noten excesivamente las imperfecciones.

Usaron todas la combinaciones posibles de cinco elementos tomados de uno, dos, tresy como con un disco y dos medios no andan muy sobrados de repertorio, añadieron, por ejemplo una versión (casi a capella) del Perros muertos de los Expertos que hasta sorprendió a su autor, Manu Ferrón (con nuevo disco estos días) y presente por allí.

Aseguran que Vuelve el bien, y ay, como les respondería Rubén Blades con otro estribillo «¿pero cuándo será?».

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