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Taquillazo. Las aventuras de Tadeo Jones fue la tercera película más vista de 2012 en España. :: IDEAL
Al cine, una vez al año en Granada
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Al cine, una vez al año en Granada

Cada granadino gastó el año pasado, como media, 10 euros en ir al cine, lo que equivale a 1,7 entradas, según la SGAE

INÉS GALLASTEGUI

Martes, 19 de noviembre 2013, 02:06

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En el cine echan una de catástrofes. No hablamos de tsunamis, terremotos o invasiones zombis, sino de la tormenta perfecta, esa que han formado entre la crisis económica, el IVA del 21%, la piratería on y offline y la digitalización de las salas de exhibición. Eso, sin contar el hecho de que, mucho antes de que todos esos factores se unieran en el año 2012 para hacer naufragar al sector, las cifras de asistencia a las salas llevaban ya años cayendo.

El Anuario las Artes Escénicas, Musicales y Audiovisuales 2013 elaborado por la Sociedad General de Autores (SGAE), que recoge datos relativos al año pasado, pinta un panorama desolador en casi todas las industrias culturales en España. Especialmente penosa es la situación de la danza -la disciplina que más representaciones, espectadores y taquilla pierde, casi un tercio respecto a 2008-, el teatro y la música popular, pero el cine no se libra.

«El cine ya no se ve en las salas; cuanto antes lo admitamos, antes tendremos la oportunidad de encarar la penosa situación económica en la que nos movemos», señala el presidente de la Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía (Asecan), Javier Paisano, en la introducción al capítulo dedicado al cine en el anuario.

En el texto, Paisano reflexiona sobre la situación del cine en nuestro país y relata una anécdota significativa: un joven le comentaba que había visto una película en su ordenador y, a la pregunta de si la había pirateado, le respondió: «No, no, la vi online, no me la bajé». Hasta ese punto, señala Paisano, está arraigada la descarga de productos culturales de manera gratuita en internet.

Las tendencias se agudizan en los últimos años: disminuye el número de pantallas y se van cerrando cines tradicionales en favor de los grandes complejos multisalas. El precio de las entradas sube, por un lado, a causa del incremento del IVA del 8% al 21% en el último trimestre del año pasado y, por otro, debido a que la digitalización de las salas exige una enorme inversión por parte de los exhibidores. Juan Torres-Molina, propietario del Cine Madrigal, la única sala que sobrevive en el casco antiguo de Granada tras el cierre de los Multicines Centro y la última 'unipantalla' de la ciudad, reconoce que apenas le quedan «uno o dos años» para adaptarse antes de que las distribuidoras con las que trabaja dejen de operar con copias analógicas, es decir, de cine en 35 milímetros. Y los equipos digitales, recuerda, cuestan «seis u ocho veces más que los proyectores tradicionales y hay que renovarlos en unos pocos años».

Pero el descenso en la asistencia a las salas también responde a otros factores que no tienen nada que ver con la piratería ni con la crisis: en 1968 las salas acumulaban 376.000 espectadores -en un país de 33 millones de habitantes- y cada español iba al cine 11 veces al año. El sector tocó fondo en 1988, cuando el número de espectadores había bajado ya a 69.000 y la frecuencia de asistencia per cápita era de 1,79 veces al año. Desde ese año, el número de usuarios fue recuperándose hasta alcanzar los 143.000 en 2001 (3,48 entradas por cabeza).

Y de ahí inició su descenso en caída libre: en 2012 se registraron 93.354 espectadores y una frecuencia de 1,98 veces anuales. La entrada media costó 6,6 euros y el gasto medio por habitante fue de 13 euros, con notables diferencias regionales: cada madrileño gastó 21 euros, mientras ceutíes y melillenses apenas superaron los 5.

Menos recaudación

La recaudación cayó en 2012 hasta los 612,3 millones de euros, un 13% menos que en 2011, a pesar del incremento del IVA. Andalucía no es ajena a estas tendencias y ocupa la parte baja de la tabla, en el puesto número 12 de 17 en consumo cinematográfico: el año pasado descendió casi un 4% el número de cines, un 1% el número de pantallas y se vendieron 1,6 entradas por habitante, lo que representa un gasto de 10 euros, a un precio medio de 6,1 euros por entrada. Si miramos las provincias orientales, la situación empeora. En Granada bajó un 9% el número de cines, aunque el de pantallas creció un 11%. En Almería desapareció un tercio de los cines y las pantallas bajaron un 7%. En Jaén se cerraron un 13% de los cines y las pantallas cayeron un 5%. Estas dos últimas capitales son citadas como paradigmáticas en el anuario: ambas cuentan con 11 y 7 cines, respectivamente, y en los dos casos se trata de salas multipantalla ubicadas en centros comerciales fuera del centro.

En todo el año 2012, cada granadino compró 1,7 entradas de cine, lo que representa un gasto de 10,1 euros, mientras cada almeriense apenas adquirió 1,3 tiques (7,5 euros) y cada jienense, 1 (5,6 euros).

El único consuelo es que 2012 fue un año excepcional para la taquilla española y dos filmes nacionales, 'Lo imposible', de Juan Antonio Bayona, y 'Las aventuras de Tadeo Jones', de Enrique Gato, fueron la primera y la tercera películas más vistas del año, con 5,84 y 2,68 millones de espectadores y una recaudación acumulada de 40,68 y 17,90 millones de euros, respectivamente. También fue un fenómeno raro el que protagonizó 'Intocable', película francesa vista por 2,57 millones de españoles que recaudó 16,49 millones de euros. Pero 2012 fue también el año de 'Amanecer' de la saga Crepúsculo, de 'El Hobbit', 'Los vengadores' de Marvel, 'Ice Age 4', 'Ted' o 'Madagascar 3'.

Porque, en 2012, el 39% de las películas exhibidas fueron americanas y el 22%, españolas. Los filmes europeos -sin contar los españoles- fueron el 30%, con predominio de las películas francesas (9,8%). Además, hay que tener en cuenta que, en general, los títulos procedentes de EE UU se estrenaron en más salas y permanecieron más tiempo, por lo que las 604 películas norteamericanas aglutinaron a más de 57 millones de espectadores y concentraron el 61% de la recaudación. Esta tendencia es más acusada en Andalucía, donde los espectadores son ligeramente más proclives al cine americano y al español que la media nacional, en perjuicio de los filmes europeos y de otras partes del mundo.

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