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Momento del juicio celebrado en la Audiencia Provincial. :: IDEAL
La fiscalía retira los cargos contra cuatro policías acusados de pegar a un 'mantero'
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La fiscalía retira los cargos contra cuatro policías acusados de pegar a un 'mantero'

La defensa del vendedor ambulante solicita nueve años de cárcel por sendos delitos de amenazas y torturas

MANUEL PEDREIRA

Miércoles, 2 de octubre 2013, 19:32

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¿Hasta dónde puede llegar un policía en el empleo de la fuerza para detener al presunto autor de un delito? C. A. S., vendedor ambulante, asegura que cinco agentes de la Policía Local de Granada le agredieron, le amenazaron y le insultaron cuando lo sorprendieron vendiendo productos falsificados en una céntrica calle de la ciudad. Los agentes sostienen lo contrario y argumentan que se limitaron a reducirlo ante la actitud agresiva que mostraba y que derivó en lesiones para dos de los policías.

La sección segunda de la Audiencia Provincial acogió el juicio por estos hechos, ocurridos en mayo de 2010 en las inmediaciones del puente romano -conocido popularmente como puente de 'los Sánchez'-. Además de cinco agentes -el fiscal acusó inicialmente a cuatro pero la acusación particular añadió a un quinto funcionario- y del ciudadano senegalés, en la vista declararon media docena de testigos y una perito psicóloga. Después de casi cuatro horas de juicio, la fiscalía decidió retirar la petición de multas por una falta de lesiones para los cuatro policías locales, si bien mantuvo la solicitud de nueve meses de cárcel para el otro acusado por resistencia a la autoridad.

C. A. S. declaró que se encontraba junto a otros compañeros vendiendo abanicos cuando se personó una furgoneta de la Policía Local, ante lo que decidió recoger su mercancía y huir porque «usan siempre la violencia».

El vendedor aseguró que, en su intento de marcharse, chocó contra uno de los agentes y que, mientras lo detenían y ya con las esposas puestas en una de sus muñecas, recibió golpes en el abdomen y la cara. El acusado, que denunció haber sido maltratado por los agentes, explicó que le metieron la cabeza en una bolsa de plástico cuando lo trasladaban a dependencias policiales y que sintió que lo encañonaban, una acción que los agentes negaron con rotundidad. Los cuatro agentes inicialmente acusados por la fiscalía declararon que fue C. A. S. quien les golpeó, lo que provocó lesiones en dos de los policías, y que mostró resistencia a la hora del arresto.

Golpe para relajar

Uno de los agentes detalló que, cuando tenía las esposas puestas en una de las manos, mostró resistencia, por lo que le propinó un golpe para relajar su musculatura, pero defendió que se trata de una maniobra reglamentaria prevista para estos casos y que persigue causar menos daño en la persona reducida.

Los agentes reconocieron que hubo mucha tensión en el momento de los hechos por producirse en un sitio céntrico y ante mucha gente, que les increpó «a la vez que se llevaban los objetos que los vendedores habían dejado tirada en la huida», precisó uno de los agentes.

«No sabía que era activista de una ONG hasta que lo comentó en el coche, cuando dijo que se nos iba a caer el pelo por detenerlo», señaló uno de los agentes acusados.

Todos los testigos y el perito fueron propuestos por la defensa del 'mantero'. Los testigos reconocieron la espectacularidad de lo sucedido y que algunos de los presentes les recriminaron su conducta a los agentes. También aludieron a su «actitud agresiva» tras la detención y que requirieron a algunos de los presentes para que se identificaran, hecho que negaron los agentes.

La fiscalía mantuvo la calificación de los hechos como un delito de resistencia a la autoridad y dos faltas de lesiones cometidos por el vendedor ambulante, por los que pidió nueve meses de cárcel y una multa de 720 euros, al tiempo que eliminó los cargos contra los agentes.

La defensa de C. A. S., que actúa como acusación particular contra los agentes, pidió tres años de cárcel para los policías por un delito de amenazas y otros seis por un delito de torturas, o subsidiariamente cuatro años de cárcel por un delito contra la integridad moral.

El juicio quedó visto para sentencia en la sección segunda de la Audiencia Provincial.

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