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La mala apuesta de Internet
GRANADA

La mala apuesta de Internet

En un año se ha duplicado el número de ludópatas por juego online en Granada, una cifra que asciende a 25 pacientes, la mayoría menores de 35 años

MÓNICA DE LA MAZA

Viernes, 20 de septiembre 2013, 02:06

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'Ingresa 20 euros y gana 100'. Este eslogan, a primera vista inofensivo o, al menos, poco fiable, fue el comienzo del bucle que terminó por atrapar a un joven granadino de iniciales F. J. M. Con tan solo 18 años, la publicidad en internet le disparó. A partir de este momento, ha pasado años «ganando solo deudas» en una página de casino online, ya que, según afirma, no es difícil apostar esa cantidad de dinero y encontrarte, al poco tiempo, «con miles de euros que vas a perder en un segundo porque solo piensas en jugarlos».

Si en el pasado año los pacientes de ludopatía por juego online ocupaban un 7,6% del total que hay en tratamiento en la provincia, en lo que llevamos de 2013 el porcentaje asciende a un 12%. Son datos de AGRAJER, la única asociación en Granada que se dedica exclusivamente a tratar adicciones no tóxicas. Según afirman, en los últimos tiempos ha cambiado la raíz de los problemas de algunos pacientes que acuden al centro. Aunque el mayor grueso de afectados aún proviene de la adicción a las 'tradicionales' tragaperras, internet ya ha hecho de las suyas para dar lugar a nuevas patologías. Para F. J. M., la generalización de los juegos de azar surge, entre otras cosas, de la red. Una red que «convierte en ludópatas» a los usuarios pues, según indica, «el juego está cada vez más adherido a internet». Por eso, desde su punto de vista, las nuevas tecnologías solo son sinónimo de problemas nuevos.

No obstante, este giro en la manera de ser adicto no tambalea la base en la que se sustenta la ludopatía. La clave sigue siendo el juego o, para ser más precisos, la necesidad de apostar dinero para recuperar lo ya perdido por haber apostado antes. F. J. M. asegura que, desde que comenzó a jugar, puede que haya gastado 300.000 euros. Una cifra que no solo es larga en dígitos, pues también se extiende a lo largo de los años y las pérdidas: «Me encerré a apostar, olvidé el trabajo, los estudios, no salía con nadie; en ese momento, se acaba la vida». Sí existe una preocupación cuando se alcanza esta tesitura: recuperar el dinero. De hecho, desde AGRAJER indican que siempre es esta la señal de alarma: «El problema se percibe a través del motivo económico. Es entonces cuando se acude a pedir ayuda; pero siempre es este el indicador», aseguran. Por eso, la mayoría de pacientes que acuden a la asociación por adicciones relacionadas con internet, están envueltos en un problema de ludopatía, «normalmente por apuestas deportivas o póker online».

Así, Internet emerge como un intruso en la adicción al juego que ha generado un nuevo perfil del usuario que busca rehabilitarse de la ludopatía. AGRAJER sitúa en 40 años la edad media del total de sus pacientes, un número que ha descendido en los últimos tiempos por estos 'nuevos métodos' que actualmente también conducen a un estado de adicción. Ha sido el incremento de jugadores online lo que ha provocado el descenso en la media de edad, pues el perfil de ludópata en la red se refiere a un hombre «entre los 30 y los 35 años», joven pero no en exceso pues, tal y como recuerdan desde AGRAJER, esta adicción requiere de grandes inversiones económicas, algo que solo pueden permitirse personas con una cierta edad y un puesto de trabajo.

Como en todo, existen excepciones, para confirmar la regla... o para cambiarla. F.J.M es uno de esos pacientes que hizo descender la media de edad en la asociación: en 26 años ha caído en el juego patológico en dos ocasiones y gastaba algo más que su propio sueldo. Afirma que tuvo denuncias por «coger dinero de donde no debía», además de usar el engaño como arma más eficaz para utilizar la tarjeta de crédito de sus familiares. Ahora advierte de estas 'secuelas' que, según afirma, «destruyen todo» y se asusta porque «la gente no sabe bien qué implica la ludopatía». Por eso le resulta esencial un mayor control de la red, aunque tanto para él como para los psicólogos de AGRAJER, internet no es exactamente la clave del problema.

La publicidad hace el resto

Según indican desde la asociación, uno de los orígenes que tiene la ludopatía desde hace poco tiempo es la publicidad. «Ahora en cualquier partido de fútbol, introducen un anuncio para apostar, incluso hay casinos y ruletas en directo por la noche en muchas cadenas» se extraña F.J.M a la vez que le otorga un gran porcentaje de culpa a esta situación: «Lo ponen en bandeja para que la gente caiga en esto». Desde AGRAJER también denuncian la 'normalización' que los medios han llevado a cabo con los juegos de apuestas. Destacan el exceso de anuncios y la peligrosidad que conlleva promocionar una actividad que, por lo general, conduce a la ruina, al menos económica. Sobre todo les preocupa los diferentes disfraces que se les puede poner a los juegos de apuestas para que ni siquiera parezcan entrañar un riesgo. Se refieren a la publicidad que pretende definirlos como «un entretenimiento o incluso una solución a la crisis». Así, afirman que «la moda de las apuestas deportivas, por ejemplo, se percibe como algo normal, que hace todo el mundo». Esta democratización del juego ha sido, para muchos, el impulso para dar el salto a un problema de adicción. F. J. M. opina que la suma de la publicidad al paro y la crisis da lugar a una bomba que, con más frecuencia de la que se imagina, explota en una adicción al juego. Por si fuera poco, AGRAJER destaca también el riesgo que suponen algunas fechas, como el verano, cuando hay menos actividad y más anuncios; o la navidad, que aumentan los sorteos especiales y los juegos de azar en fiestas o comidas de trabajo. «Evidentemente no todo el mundo es susceptible de convertirse en ludópata, la predisposición es clave, todos estamos expuestos a la publicidad y solo algunos juegan». Sin embargo, están de acuerdo con el joven en que los tiempos actuales sí añaden una dosis adicional de peligro, pues la crisis «ha dado lugar a anuncios que parecen decir que con un golpe de suerte se soluciona todo» y claro, hay muchos que a día de hoy necesitan un golpe de suerte.

Por su parte, también están los que se aprovechan de la coyuntura. Como siempre, donde hay dinero, hay negocio. Por eso F. J. M. advierte sobre «el mundo que gira en torno a las páginas de juego online» y denuncia todo lo que emerge alrededor de esta fiebre ludópata que algunos quieren rentabilizar. Se refiere a la adaptación de algunas páginas webs de apuestas a la telefonía móvil, algo que termina facilitando que «estés en cualquier sitio gastando dinero». Además hace referencia a otros métodos de pago que empresas de este tipo ponen a disposición del usuario de internet: «Son cupones de dinero virtual que se pueden comprar incluso en gasolineras y permiten que puedas apostar aun sin tener una tarjeta de crédito».

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