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Aracaladanza, ayer, en un momento del espectáculo 'Constelaciones'. :: GONZÁLEZ MOLERO
Manchas danzan con estrellas
CULTURA

Manchas danzan con estrellas

La compañía Aracaladanza mostró sus Constelaciones, sobre la obra del pintor Joan Miró

ANDRÉS MOLINARI

Martes, 2 de julio 2013, 04:28

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El arte abstracto y la ausencia de argumento, suelen ser yacija en la que se refugia el incapaz y púlpito desde el que pretende deslumbrar el oportunista de turno. Sin embargo hay artistas que sacan todo el partido a la libertad que ofrece la ausencia de relato o el desdén hacia la peripecia. Es el caso de Enrique Cabrera y su compañía Aracaladanza, que por suerte visita con frecuencia la ciudad de Granada. Su último, y muy premiado, trabajo versa libremente sobre las manchas y estrellas que, en lenguaje pedestre, caracterizan la pintura de Joan Miró. Sin embrago su trabajo no tiene nada de vulgar ni de ambiguo ni de incomprensible. Con sus cinco bailarines profundiza en la idea del color y del rimo, consiguiendo un resultado más que plausible, que gustó mucho a todos los que ayer tarde llenaron casi por completo el teatro de CajaGranada.

Espectáculo redondo

El esquema de Constelaciones no puede ser más sencillo. Una serie de entradas y salidas de los actores entre cajas, como personajes de una narración planetaria, creando un instante de sorpresa, que luego deviene en un juego ingenioso, una belleza ingenua o una imagen espectacular. Existen pasillos hacia la gimnasia rítmica o el malabar. La danza en sí es sencilla y por momentos inexistente, pero la relación del actor con los objetos, con el suelo, con las luces y entre ellos mismos crea una sensación grata de conjunción y de espectáculo redondo. A pesar de lo muy fragmentario de las escenas, sin casi hilván entre ellas.

Como es lógico, el color está cuidadísimo, tanto en los objetos convertidos casi en juguetes, como en las luces que los alientan o ensombrecen. A ello se une el buen humor y el ritmo casi trepidante y obsesivo que impone la música de Ramos, Cobo y Jeffes. Un coro de estrellas, casi luciérnagas, coquetea con los actores y sus estrambotes tisulares deseando danzar con ellos, como ellos. Llegan desde la pantalla, salpicada por un vídeo sencillo y nada empalagoso, desde las alas de la maravillosa mujer mariposa o desde las puntas de los dedos, convertidos en nuevos pinceles para Miró.

Divertida, colorista, rítmica, incitadora al juego, creadora de sensaciones, grandiosa por momentos, íntima a veces. Así es la nueva Constelación de Aracaladanza.

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