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DANIEL OLIVARES
Miércoles, 12 de junio 2013, 02:27
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Los vecinos del barrio de La Cruz no cejan en su empeño de conseguir que el propietario del local alquilado por Calor y Café en la calle El Guerra rompa el contrato firmado sin reparar en el perjuicio económico -y hasta judicial- que una decisión así le puede acarrear a Francisco Ruiz.
Quieren que su vecino ceda a la presión y que la ONG no instale su sede en la zona. La presencia de menores en las viviendas de las calle Manolete, donde reside la familia Ruiz, tampoco ha frenado el ímpetu de las protestas. Es más, el 'escrache' vecinal recrudeció su presión la noche del pasado lunes y los insultos fueron en aumento, según manifestó ayer a IDEAL el propietario del local.
En la concentración hubo presencia policial, aunque escasa a ojos de la familia. Solo dos agentes vigilaron el lugar esta vez cuando alrededor de un centenar de personas se acercaron la noche del lunes hasta la casa de los Ruiz, protagonistas no deseados de un conflicto que está sumiendo en la desesperación a la familia. Los insultos, además, estuvieron acompañados de llamadas a los timbres de las viviendas por parte de algunos de los manifestantes.
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