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Papá, mamá, quiero un perrito
opinión

Papá, mamá, quiero un perrito

Hazte un favor: si no tienes claro la responsabilidad que conlleva tener una mascota, no la regales estos Reyes por puro capricho

ROCÍO R. GAVIRA (@ROCIORGAVIRA)

Jueves, 27 de diciembre 2012, 05:42

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Qué gracioso ese cachorillo del escaparate. Un pelusón regordete que revolotea con sus compañeros. Mientras, desde fuera, la tierna mirada de tu hijo se clava en él. Sonríe cuando el simpático cachorro se acerca al cristal y lo lame. Tu hijo te pedirá durante el camino hacia casa ese perrito. A tu hijo le hace una gran ilusión tenerlo y cuando se lo niegues, pataleará. Día tras día, tu hijo insistirá. Al final sucumbirás a su petición. Vas a regalarle a tu querido hijo el perrito por Reyes. Sí, y un con bonito lazo rojo. Pero antes de hacerlo, por favor, siéntate y piénsalo detenidamente.

No hay compañía más agradecida que la de un perro. Es un compañero fiel. Cuando estés en casa, te recordará que sigue por allí. Observa con su mirada atenta cada uno de tus movimientos, te traerá algún juguete para llamar tu atención, o te atusará con su hocico húmedo para que le acaricies. El recibimiento de un perro, con su rabito moviéndose a mil por hora de lo contento que está, te saca una sonrisa hasta en el peor de tus días. Conozco gente que se ha hecho con un perrito en un duro momento de su vida. Y lo que para muchos es solo un animal, con ese retintín de desprecio, a otros les ha sacado del pozo más negro. Los perros dan mucho más que cualquier persona, y a un precio muy barato: cariño.

Probablemente, tu hijo no tenga ni idea de lo que supone tener un perro. Más allá de que sea un compañero de juegos, claro. Al lindo perrito del escaparate hay que sacarlo a la calle varias veces al día. Necesita estirar las patas, sentirse libre y hacer sus necesidades. El lindo perrito del escaparate supone dinero: necesita sus papeles, su chip, sus vacunas y, por supuesto, su cuenco de pienso y agua. Al principio se hará pipi en cualquier rincón de casa, te morderá las zapatillas, por no hablar del relleno del cojín que lo ha sacado enterito y lo ha esparcido por medio salón. Si te estoy quitando las ganas de tener un perro, lo siento, pero eso significa que no quieres responsabilidades. Un perro no es solo un animal. Es un miembro de la familia. Necesita que lo tengas en cuenta cuando sales con tus amigos, cuando te vas de vacaciones.

No te lleves uno a casa por puro capricho. En un plazo de tiempo te cansarás de él. Si tienes un mínimo de corazón, te preocuparás en buscarle un hogar, pero si no, optarás por la vía fácil: abandonarlo. Nunca entenderé que eso sea la vía fácil: plantarte en mitad del campo, soltar a tu querido perro, montarte en el coche y huir como un cobarde. Sabes que va a correr detrás de ti, no entiende qué ha pasado para que le dejes ahí. Está desorientado y confuso. Escucharás sus ladridos y sus llantos. Esperará a que vuelvas. ¿Cómo eres capaz de hacer semejante barbaridad?

Todos hemos visto perros y gatos abandonados por las calles. Son vagabundos, no se les da mayor importancia. Pero realmente no somos conscientes de la cantidad de perros que son abandonados a diario. Yo no lo fui hasta el pasado febrero, cuando Pepa Tenorio me entregó a mi Trufa. La había encontrado en una carretera de montaña junto a sus siete hermanos. Algunos estaban en un contenedor. "No puedo quedarme más, ya tengo catorce". ¡¿Catorce?! A día de hoy, son casi 30 en casa.

Hay personas que deben de tener hasta las tripas vacías por ser capaces de atar a una cachorra, a Mila, y dejar que la soga le ahogue a medida que crece. O revolear a Vynut en una carretera tras haberlo maltratado. Por primera vez, lloré por un animal. No sé cómo ese perro logró sobrevivir. Ahora no quedan rastro de esas heridas y es feliz. En septiembre, dos desalmados dejaron en una casa okupa a 20 perros. Cuando los vecinos se dieron cuenta, siete de ellos habían muerto y servían de alimento a los demás. Casi todos eran cachorros, con meses de vida. Aquello fue bautizado como 'La casa de los horrores'. En octubre, parece que varias personas se pusieron de acuerdo para deshacerse de cachorros recién nacidos y los tiraron a la basura. Y en noviembre, Pepa le regaló los mejores días de su vida a Loko, al que su dueño abandonó al borde de la muerte con unas heridas muy graves.

No creo que quieras enseñarle a tu hijo que abandonar a un perro es lo correcto. Los besos, abrazos y sonrisas por regalarle al perrito, te alegrarán el alma. Pero recuerda que eres su modelo a seguir. Si tu hijo ignora, por su juventud, la responsabilidad que conlleva tener un perro, tú, como adulto, lo deberías saber. Me da igual que elijas al del escaparate. O que decidas adoptar a uno en algún refugio o incluso lo saques de una perrera para ofrecerle una segunda oportunidad. Te pido, por favor, que no tengas la sangre fría de abandonar a un miembro de tu familia.

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Cada una de las mascotas que aparecen en el vídeo, con el que ilustramos este texto, ha sufrido por culpa del hombre. Historias que ha recogido ideal.es a lo largo de este 2012. Ninguno dudó en participar en este mensaje. Los nombro en orden:

Gracias a Pepa Tenorio y a su manada. A Mari Carmen por salir con Mila. A Natalia que dejó su timidez a un lado para hablar junto a Vynut. Gracias a Iulia y a Vega. A Nicoletta de 'El Gato Blanco y el Perro Rubio'. Gracias a Natan de 'Amigos de los Animales'. A Fanny y a Yantal. Gracias a Ángel que habló junto a Nani y a Copito. A la pequeña y revuelta Alma, a la que se encontraron en la basura. Gracias a Masha, de Ladridos Vagabundos. A Rocío y su especial Ellie. Gracias a Anita del Refugio de Sierra Nevada.

De verdad, gracias a todos por la labor que hacéis cada día.

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