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El panteón de los héroes
HISTORIA

El panteón de los héroes

Un repaso de las más impresionantes tumbas de los grandes hombres de la Historia

PABLO RODRÍGUEZ , @pabrodgar

Domingo, 24 de junio 2012, 05:25

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A la sombra de las pirámides, todo pierde su magnitud. Crisis mundiales, plagas, guerras, la Historia Contemporánea al completo se reformula y toma su verdadero alcance si uno permanece unos minutos bajo la perfecta proporción de la tumba del Faraón Keops. Porque de eso se trataba, de pasar a la Historia, de marcarla con una huella de piedra que hiciera perdurar para la eternidad un reinado y una figura. La tumba de Keops, como la de tantos grandes reyes y líderes, no deja de ser un mensaje a la posteridad que aún hoy abruma por su grandeza.

Faraones, reyes, emperadores, grandes generales de ejércitos, líderes de toda raza y época han llegado a nuestro más por sus tumbas que por sus acciones reales. Los túmulos en los que descansan se han convertido en una perfecta campaña propagandística que aún hoy tiene efectos sobre la sociedad. Prueba de ello es el extenso ejército de guerreros de terracota que defiende la tumba del primer emperador chino, Qin Shi Huang. Descubiertos en marzo de 1974, cada soldado posee rasgos diferenciados y armas reales. Batallones completos que custodian el fastuoso lugar de reposo del hombre que fue capaz de unir China. Aunque los arqueólogos aún trabajan en la zona y no se ha llegado todavía a la cámara real, que se presume intacta, las estancias previas y los alrededores dan cuenta de una persona que cambió la Historia y quiso ser recordado por ello.

Otra de las tumbas históricas más espectaculares es aquella donde reposa Tamerlán, el hombre que amenazó Europa y que dio nombre a uno de los grandes imperios del medievo. Timur el Cojo, general de los ejércitos, conquistador de ciudades, descansa en un complejo de edificios situado en Samarcanda, en Uzbekistán. Bajo el nombre de Gur-e Amir, el mausoleo está compuesto por una madraza y varios pabellones elaborados ricamente con ladrillos, cerámica, mármol y piedra de ónice. Los fastuosos diseños de la tumba en la que reposa el gran general han servido de modelo de inspiración para otra de los mausoleos más populares, el Taj Mahal.

Más cercano culturamente y también muy conocido es la tumba de Napoleón Bonaparte. Nadie como él supo manejar guerra y paz, propaganda y política para lograr sus objetivos. Nadie discute que cambió Europa para siempre y su mausoleo hace honor a la leyenda que venció en Austerlitz. Dentro de un sarcófago de pórfido rojo de grandes dimensiones y bellamente labrado, el Emperador de Francia descansa en una de las más bellas estancias de Paris construida con mármol verde del Vosgo y coronada por una altísima cúpula en el corazón de Les Invalides. Grandes personalidades le han rendido pleitesía estos doscientos años, incluido Hitler, a quien la leyenda lo muestra decepcionado por tener que bajar la mirada para ver el sarcófago.

Pero en España no tenemos nada que envidiar. Uno de los mejores elementos en cuanto tumbas reales se encuentra en Granada, en la misma Catedral. La Capilla Real esconde en sus entrañas el monumento funerario a los Reyes Católicos. Bajo dos colosales estatuas durmientes que los representan y frente al altar, la pareja real descansa en la ciudad que más gloria les trajo. Una joya arquitectónica para los culminadores de la Reconquista.

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