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DIEGO QUERO
Lunes, 9 de abril 2012, 22:39
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Aún son pocos, pero les une la misma afición, todavía muy desconocida en España. Son maestros cerveceros porque hacen su propia cerveza, con medios limitados pero en algunos casos con tanto acierto que les lleva a dedicarse profesionalmente a la fabricación del zumo de cebada.
A diferencia de lo que ocurre con la cerveza, no es raro conocer a alguien que fabrique su propio vino. Con unas cuantas parras y con una receta tradicional, casera, o más o menos académica se puede obtener un caldo para llevarse a la boca. Así comenzaron muchos productores de vino en Granada que hoy se defienden en el mercado provincial y nacional, con una producción muy limitada, y experimentando con su creación.
Desde hace unos años, la fabricación de cerveza artesanal suma cada vez más adeptos. Tanto, que han creado la Asociación de Cerveceros Caseros Españoles (http://cerveceros-caseros.org). Una asociación que une a todos aquellos que se preguntaron por qué no elaborar una cerveza casera a la que dar un toque personal que no se obtiene con las cervezas industriales, y que defienden su producción totalmente artesanal como valor diferencial.
Para empezar no hace falta mucho: una olla, un termómetro, un recipiente con tapa para fermentar, agua, grano de cebada, algunos gramos de lúpulo, azúcar y levadura. Es como hacer una sopa con un poco de más dedicación, y teniendo que esperar unos doce días para tomarla, aunque si sale bien, el esfuerzo habrá merecido la pena. También es más caro que muchas sopas: un kit básico para cerveza puede costar unos ochenta euros. En Internet hay una gran cantidad de vídeos que enseñan cómo fabricar cerveza al gusto de cada uno, como este de Youtube.
A partir de esta afición, son muchos los que se han animado a producir su propia cerveza y a aportar a su producto su toque personal. Producciones limitadas que solo se encuentran en tiendas especializadas, con sabores a los que hay que dedicar un tiempo, lo mismo que a un vino que se precie. Incluso algunos pequeños cerveceros se atreven con series limitadas que llevan un toque especial o con sabores curiosos. En Valencia, hay cerveza con un toque de flor de azahar, y otra con sabor a castaña en Madrid. ¿Veremos una con sabor a la fruta de la Granada en la ciudad que lleva su nombre?
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