Urbanismo anulará las obras en La Paz si se mantiene el «chantaje» de los parados

Se ha cumplido una semana de parón total. Las obras que el Ayuntamiento de Granada tenía que ejecutar en la barriada de La Paz, en pleno corazón del distrito Norte, siguen a la espera del resultado de una atípica negociación en la que los parados del barrio tienen que dar su visto bueno para que la empresa adjudicataria pueda continuar sus trabajos y ese permiso no se dará mientras los empresarios no contraten a personal desempleado del barrio. Una situación que la concejala de Urbanismo del Ayuntamiento de la capital, Isabel Nieto, califica de «chantaje puro y duro, ya que llamarle negociación es ser demasiado benévolo».

Las conversaciones para buscar una solución al conflicto se llevan a cabo entre la empresa adjudicataria y la asociación de vecinos de La Paz, pero no se ve luz en el túnel en el que en este momento está inmerso este proyecto, que «solo pretendía terminar de arreglar las calles del barrio y dotarlas de una pavimentación adecuada para el normal discurrir de la vida en la zona». A finales de 2011 la Gerencia había llevado a cabo la pavimentación de la mitad de las calzadas y ahora se pretendía acometer la reforma del resto de los viales del barrio.

La Gerencia de Urbanismo se plantea la posibilidad de anular las obras en la Paz y utilizar la concesión y el dinero destinado a estos trabajos, alrededor de 130.000 euros, a otros menesteres. «Hay una cuestión muy clara. Tenemos un dinero para invertir en mejoras viarias. Si los vecinos de La Paz no nos permiten gastarlo allí, lo haremos en alguna otra zona del distrito Norte, lo aplicaremos a algunos de los proyectos que nos habían pedido desde la Junta de Distrito», dice la concejala, para la que está claro que «si los vecinos de La Paz no quieren las obras, las llevaremos a otro sitio».

Pero esa decisión no ha sido tomada. La Gerencia esperará unos días, «un tiempo prudente», para que los vecinos recapaciten y depongan una actitud que «no es más que un chantaje». Afirma que desde la empresa constructora se ha ofrecido a los vecinos la contratación de una persona como vigilante nocturno para cubrir las horas en las que no están los operarios, pero se han negado a aceptar la oferta. La asociación de vecinos mantiene la petición de que se contrate a la mitad del personal entre los parados del barrio; eso supondría un mínimo de cinco personas. La empresa indica que no puede emplear a nadie porque tiene su propia plantilla y para hacer un contrato nuevo tendría que despedir a otro trabajador. «Es completamente absurdo y nada solidario ejercer posturas de fuerza que implican despedir a unos para que contraten a otros», critica Isabel Nieto.

Desde la asociación mantienen que el Ayuntamiento había prometido que en las obras del barrio contrarían a parados de la zona y se aferran a esa promesa. El Ayuntamiento reconoce que así se ha dicho, pero cuando se tenga que emplear a gente, «no que haya que despedir a los trabajadores de una empresa para contratar a parados del distrito Norte, sería una locura».

La pasada semana, cuando los trabajadores de la empresa adjudicataria iban a comenzar la obra, aparecieron una decena de vecinos que les conminaron a parar los trabajos, y que en caso contrario tendrían que «atenerse a las consecuencias». Desde entonces la obra está parada.