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Una familia acogedora ofrece a estos niños el hogar que necesitan, durante un tiempo o de forma permanente. :: IDEAL
Una familia en la que crecer
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Una familia en la que crecer

La asociación Aldaima celebra su Jornada anual de Acogimiento Familiar, el próximo sábado 14 de enero en el Parque de las Ciencias de Granada

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Lunes, 9 de enero 2012, 13:16

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El próximo sábado, el Parque de las Ciencias de Granada acoge la celebración de la Jornada anual de Acogimiento Familiar que organiza la Asociación Aldaima. A lo largo del día se desarrollarán distintos talleres informativos de acceso libre, a las 11,30, 13,00 y 17,00 horas. En los talleres participarán familias acogedoras que relatarán sus experiencias.

Acoger

Una familia proporciona el medio más idóneo y natural para crecer. Pero no todos los niños son atendidos adecuadamente por sus padres, y a veces, deben ser separados de sus familias. En estos casos, una familia acogedora ofrece a estos niños el hogar que necesitan, durante un tiempo o de forma permanente. El acogimiento familiar es una medida de protección solidaria con los niños y niñas y con sus familias biológicas, y hace posible que muchos menores puedan crecer en una familia, evitando su estancia en centros de protección.

¿Qué significa acoger a un menor?

Aceptación: la persona o familia que acoge no sustituye, acepta y respeta la historia de los niños y sus vínculos familiares. Compromiso: la familia se compromete a atender y cuidar al menor que acoge de forma temporal o permanente. Generosidad: Una familia acogedora ofrece lo más valioso que tiene, su propia familia.

¿Qué ofrece acoger?

La oportunidad de mejorar la vida de un niño en el momento que más lo necesita, en su infancia. Es una vivencia única para todos los miembros de la familia que acoge.

¿Quién puede acoger?

Cualquier persona o pareja puede ofrecerse a acoger a un menor en su hogar.

Entidades colaboradoras

Aldaima es una entidad colaboradora de la Junta de Andalucía, que lleva quince años fomentando el acogimiento familiar de menores en la provincia de Granada. Al igual que Aldaima, otras entidades trabajan para hacer realidad el acogimiento familiar en el resto de Andalucía. Este año queremos compartir reflexiones y experiencias con algunas de ellas, que nos acompañarán durante la Jornada del próximo 14 de enero. Se trata de la Asociación Infania (Málaga), APRAF (Jaén), Márgenes y Vínculos (Sevilla y Cádiz) y ACCAM (Cádiz). Gracias a la solidaridad de las familias andaluzas y al trabajo de muchos profesionales de la administración y de las entidades colaboradoras de acogimiento familiar, esta medida de protección se ha consolidado como el mejor recurso para los niños y niñas que en algún momento de su infancia necesiten una familia que los cuide.

Durante estos 15 años, más de 600 niños y niñas han podido disfrutar de un hogar de acogida en Granada. Pero todavía hay muchos que esperan una familia que los acoja. Niños y niñas que necesitan cuidados, educación y cariño. Necesitan personas y familias solidarias, dispuestas a compartir su presente para construir su futuro. Esa familia puede ser la suya.

Testimonios

Juan Carlos y María tienen dos hijos de 19 y 15 años, y acogen de forma permanente a una menor desde que tenía 7 años.

Teníamos ganas de ayudar y de compartir nuestro hogar. Conocimos el programa de acogida familiar a través de unos amigos. María tiene 9 años, vive con nosotros desde hace dos. Al principio todos tuvimos que adaptarnos un poco pero ahora No imaginamos nuestra casa sin ella. Una vez al mes María tiene visitas con su madre. Para ella es lo mejor, con nosotros tiene el cuidado y el cariño que necesita, pero sin renunciar al cariño de su madre.

Lucía acaba de finalizar el acogimiento temporal de una niña de 2 años que ha vivido en su casa durante 6 meses y se ha reintegrado con su familia biológica. Es el tercer niño que acoge.

Para mi acoger a un niño significa acompañarlo en su camino, Esta es la función que creo tener como acogedora. Mi tarea es la de acompañarla para que se convierta en una persona útil a si misma; no la siento como mi propiedad. La acompaño, la dirijo, la quiero, la abrazo, le doy todo el cariño y ¿qué recibo a cambio? No lo dudo: tengo la satisfacción de sentir que he sido útil para ella, la satisfacción de haber hecho un buen trabajo. La vida ha hecho que nuestros caminos se crucen para que crezcamos juntas y no para que nos poseamos. Tuve un sueño: el futuro de Irene va a ser como el presente, con buenos y malos ratos, sobrado de cariño verdadero y sano que le ayudara a seguir creciendo. Soy afortunada porque a veces mis sueños se cumplen. En esta experiencia solo tengo palabras de agradecimiento y no de nostalgia. Mis lágrimas son de alegría.

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