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Es otro de los barrios de la ciudad separado por la vía del tren. :: GONZÁLEZ MOLERO
De 'cerro' a ciudad dormitorio
GRANADA

De 'cerro' a ciudad dormitorio

Los primeros cortijos en el Cerrillo de Maracena se levantaron a principios del siglo XX

NOELIA S. LORCA

Martes, 3 de enero 2012, 18:52

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A finales del XIX, lo que hoy se conoce como Cerrillo de Maracena eran tierras de labor, como prácticamente todo el territorio que rodeaba al pequeño casco urbano de la capital granadina. Fue a principios del XX, cuando en esta parte de la ciudad comenzaron a construirse los primeros cortijos y caserías, dando lugar a una modesta aldea vinculada a Maracena, de la que sólo le separaba y lo sigue haciendo aunque ya embovedado el arroyo Barranquillo. Después de la Guerra Civil, en los años 40, empezaron a levantarse las casas que, a día de hoy, componen la parte antigua de este barrio.

Treinta años más tarde, muchos de los granadinos que emigraron del campo a la ciudad se instalaron en los bloques de pisos que se edificaron y que permitieron la expansión del Cerrillo de Maracena. No obstante, también en esos años, entre La Caleta y el Cerrillo se formó una especie de barriada, por nombre La Virgencica, con viviendas prefabricadas en las que se alojaron a víctimas del hundimiento de varias cuevas en el Barranco del Abogado.

Y no fue hasta el año 96 cuando se creó la pieza que uniría este rincón con el resto de Granada. El Parque Almunia-Barrio de los Periodistas se extendía desde el Cerro y Barriada hasta la avenida de Andalucía.

Con una superficie aproximada de 140.000 metros cuadrados, en la actualidad, Cerrillo de Maracena ubicado en la parte nororiental del Distrito Chana limita con los barrios de Ronda, Beiro y Norte, así como con los municipios de Santa Fe, Atarfe y Maracena. Sus más de 5.000 habitantes se distribuyen entre la parte antigua, donde la mayoría son de clase obrera, y la nueva, en la que sus urbanizaciones y pisos son habitados por gente de clase media alta. Según el presidente de la asociación de vecinos, Matías Muñoz, «el Cerrillo se está convirtiendo en una especie de ciudad dormitorio, sobre todo, las zonas más nuevas, ocupadas por matrimonios jóvenes con niños pequeños. Sin embargo, en la vieja, los vecinos superan los 65 años».

Desde los tiempos en los que Cerrillo de Maracena dependía en servicios del municipio maracenero, mucho han cambiado los problemas a los que tiene que hacer frente este humilde barrio. El de mayor envergadura es el paro: «El número de desempleados aquí es muy elevado, ya que un gran porcentaje trabajaba en la construcción. Entre las mujeres, ese dato asciende aún más. La asociación pretende hacer cursos de orientación, pero los recursos son limitados».

Un polideportivo cerrado

En la misma línea, y atendiendo a demandas sociales, Matías reconoce que no pueden dar la atención que merecen a los más jóvenes:«No podemos ofrecer actividades deportivas, puesto que no tenemos acceso al polideportivo, cerrado hace año y medio para unas reparaciones que terminaron pero que dejaron en desuso este espacio. La pista de baloncesto no dispone de canastas. Y tampoco podemos utilizar las dos pistas de petanca», añade el portavoz vecinal.

Otra de las demandas de esta asociación es la eliminación de la vía del ferrocarril. «Nos separa del resto de la ciudad. Se debería quitar para que pudiésemos estar comunicados. En un proyecto primero se destinaba a Albolote y Armilla, pero ahora está parado», subraya Matías, al tiempo que señala el lugar al que se refiere.

En cuanto a limpieza y dotaciones de zonas verdes, Cerrillo de Maracena, «necesita más». «La limpieza brilla por su ausencia, a las colillas y hojas en el suelo se unen los excrementos de animales no solo en las calles, sino también en los escasos parques y zonas verdes de las que disponemos. Estos deberían estar bien acondicionados. Pedimos un carril bici que una el barrio con los ya existentes en toda la capital y un circuito biosaludable para los mayores», puntualiza el presidente.

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