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Esther, una de las víctimas de la presunta usurpadora. :: IDEAL
Una noche de fiesta que salió muy cara
GRANADA

Una noche de fiesta que salió muy cara

Una mujer le robó el bolso y utilizó su DNI para sacar todo el dinero de su banco

CRISTINA RIDAO

Lunes, 12 de diciembre 2011, 13:07

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Cuando iba a salir de la discoteca con el bolso y la chaqueta en la mano, Esther se encontró con un antiguo amigo. Dejó sus cosas en la barra para darle un abrazo. En seguida, alargó la mano para coger su abrigo pero... ¿dónde estaba? Se esfumó. Cinco minutos bastaron para que todas sus pertenencias desaparecieran.

El robo del DNI, carne de conducir u otro documento de identificación puede convertirse en una pesadilla si cae en manos de un usurpador de identidad. Normalmente, la reacción de las víctimas es dar de baja las tarjetas bancarias. No saben todo lo que se puede llegar a hacer con su documentación. Quizás vendan el producto en el mercado negro, o puede que se presenten en el banco del afectado y retiren todo su saldo.

Esther no estaba al tanto de las últimas novedades en el campo de la estafa. Llegó a casa, canceló las tarjetas de crédito y el teléfono y se quedó tranquila. La tarde siguiente denunció el robo en la comisaría de Policía de la zona Norte de la capital. Tres días más tarde amplió la denuncia: alguien había sacado 1.200 euros de su cuenta. La jefa de hurtos de la ciudad le informó de que ese mismo mes se habían cometido dos robos con idéntico modus operandi.

La supuesta ladrona es una mujer de 30 años, natural de Granada. Hurto, estafa y usurpación de estado civil forman parte de su historial delictivo. Su forma de actuar es semejante en todos los casos: escoge una discoteca, pub o bar concurrido del centro y empieza a merodear. La oscuridad es su mejor aliada. Acecha a sus posibles presas, es silenciosa. Pasa desapercibida entre la gente hasta que da con un grupo en el que hay una chica que se parece a ella. Se frota las manos, el botín está cerca. Rápidamente localiza los bolsos que están apilados en un taburete. Entonces, aprovecha cualquier despiste y... ¡zas!, en el tiempo que tarda la víctima en darle un sorbo a su copa, su cartera se desvanece como por arte de magia. Se trata de una profesional con una técnica refinada con la experiencia. Lo que busca no es el dinero en metálico sino datos personales. Examina todas las tarjetas y elabora su propio tour del fraude. Si la víctima tiene capital en varias entidades financieras, visitará todas.

La supuesta timadora se ha convertido en usuaria habitual de comisaría. Ocho veces ha sido detenida y ocho veces ha sido puesta en libertad en lo que va de año. Sorprendentemente sigue en la calle. Puede que tenga tiempo de dar unos cuantos golpes más hasta que llegue el juicio. Incluso puede que sea así como pague su fianza.

Según datos de la Policía Nacional, durante ese intervalo de tiempo se hizo con más de 20.000 euros. El pasado verano IDEAL publicó la estafa de una mujer a la que robaron el bolso en un local del centro. En ese caso la presunta carterista se embolsó 7.000 euros. Pero no fue en verano cuando hizo su agosto. Hace apenas unas semanas fue detenida por sustraer 12.000 euros a la misma persona y del mismo modo. Pasó a disposición judicial pero aún no se ha decretado sentencia. Actualmente sigue recorriendo las calles de la ciudad.

La cantidad que usurpó a Esther no fue tan sustanciosa como esta última, pero para la joven supuso más que una pérdida económica. La estudiante trabajó muy duro para ahorrar y poder costearse la carrera. Se llevaron todo lo que tenía. En un principio la financiera aseguró devolver el dinero. Dos semanas después, la caja cambió de versión. Tras decenas de visitas y llamadas telefónicas, la estudiante recibió un comunicado de la central bancaria. No se hacían responsables de la pérdida. Alegaron que había descuidado sus pertenencias. La joven opina lo contrario: «Fue negligencia del banco, la chica no se parecía a mí y la firma no era igual, estoy segura de que el empleado de la caja ni siquiera miró la foto». Actualmente sigue luchando para recuperar lo que era suyo.

Crimen organizado

Pudo ser peor si la documentación hubiese caído en manos del crimen organizado. Fuentes policiales aseguran que se han dado casos en los que se ha contraído matrimonio con personas extranjeras utilizando un DNI robado. E s difícil imaginar como se queda la víctima cuando descubre, por una casualidad, que está felizmente casada desde hace año y medio con un tal Dimitri, de Hungría. También se ha empleado la identificación de ciudadanos españoles para contratar varias líneas telefónicas y convertir una casa en un locutorio ilegal. Por supuesto, las facturas estaban a cargo del usurpado. Por todo ello las autoridades recomiendan denunciar lo antes posible la pérdida de documentos oficiales. Podría ser fundamental para probar la inocencia del perjudicado.

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