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Rubén posa en Lublin con su '600 polaco'. :: IDEAL
Vuelta a Granada en un '600 polaco'
GRANADA

Vuelta a Granada en un '600 polaco'

Rubén Rodríguez, estudiante Erasmus en Polonia, recorrerá con su padre los 2.880 km que le separan de su casa, en Peñuelas con un 'Fiat 126p', icono de la caída del telón de acero

JOSE E. CABRERO

Viernes, 10 de junio 2011, 14:35

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Los polacos no tuvieron coches hasta 1973. Los vehículos, expuestos tras un telón de acero, eran objetos de culto inalcanzables para el sueldo de una familia media; caprichos de una minoría rica. Pero entonces llegó Él: un motor que rugía a 650 centímetros cúbicos, 25 caballos de pura potencia y una belleza enlatada que colorearía, en los libros de Historia, el principio y el final de una época. ¡Y todo por 6.000 zlotis unas 1.500 pesetas! El Polski Fiat 126p es todo un icono, algo así como el 600 polaco. Un hito que permitió a millones de familias soñar más allá de las fronteras establecidas. Lo que muy pocos podían imaginar es que, 38 años después, con trenes, vuelos baratos y coches inteligentes, un joven granadino volvería a casa montado en uno de esos.

Rubén Rodríguez, de 23 años, ha pasado este curso en Lublin, ciudad al Este de Varsovia, estudiando Filosofía con una beca Erasmus. Allí, a 2.880 kilómetros de distancia, se enamoró sin miramientos del Fiat 126p: «Aquí se le conoce como Maluch, que significa el pequeño. Quise tener uno desde que me contaron su historia y lo que significa para el pueblo polaco. Claro, que lo que terminó de animarme a hacerme con uno fue su precio: 100 euros».

Luego vino la locura: recorrer los casi tres mil kilómetros que separan Granada de Lublin con Maluch. Toda una aventura que arranca hoy y que terminará dentro de 10 días, eso sí, sin pasar de 90 por hora a su paso por Polonia, Hungría, Eslovenia, Italia, Francia y España. «Quiero viajar y conocer mundo de una manera distinta. Hoy puedes coger un avión y cruzar el mundo en pocas horas, pero no ves nada del camino. Además, no estaré solo...»

Efectivamente, su padre será el copiloto. «Es el culpable de mi afición. Juntos compramos y reparamos el Renault 4L que hoy tenemos en casa, con ya más de 25 años y catalogado como clásico».

El olor a clásico

Hay un recuerdo que une a toda una generación de niños: el olor a coche viejo de aquellos que bajaban la ventanilla con manivela, sólo hasta la mitad y la música que ponían los padres en los viajes de verano. Ahora, Rubén le da vueltas a las canciones que le pondrá él a su padre durante tantísimas horas de viaje, sólo si consigue superar un primer reto: «El coche no tiene radio. Espero comprar una e instalarla pronto».

Y, ¿de qué hablarás tanto tiempo con tu padre? «(Ríe.) Pues es una pregunta que yo también me hago. Pero supongo que no será un problema, llevo casi nueve meses fuera de Granada, tengo muchas cosas que preguntarle sobre la familia, sobre cómo está mi pueblo, Peñuelas, nuestro campo y bueno, también el país pasa por unos tiempos complicados. Y si no, hablaremos del verano».

Otro posible tema de conversación sería la huella que ha dejado Rubén en los medios de comunicación polacos. Cuando se enteraron de que un granadino volvería a casa con uno de sus queridos Maluch, no se lo podían creer: «Me dijeron que estaba loco y que era imposible, pero yo creo que se puede y que es un gran viaje en el que espero aprender mucho... Y no sólo de mecánica», bromea.

Últimamente está de moda hacer grandes aventuras para defender grandes causas (vueltas al mundo en bici contra el hambre, peregrinaciones contra farmacéuticas...), si tuvieras que dedicar tu viaje a algo, ¿a qué sería?

Pues probablemente, y porque me he criado en el campo, mi causa sería para reivindicar mejoras en el sector agrario en España y en concreto en Granada, porque el sector primario es la base de nuestras sociedades. Sin él no podríamos comer y por lo tanto no viviríamos. Creo que no le damos la importancia que se merece. También podría ser para pedir un cambio en la política, en el sistema de valores del mundo...

Y, ahora que vuelves a casa, ¿crees que tendrás que irte fuera de España para encontrar trabajo? ¿Tendrás que volver en tu Polski Fiat 126p a Alemania, la meca del trabajo europeo?

Estamos atravesando un momento duro en el que es difícil encontrar trabajo. Yo miro al campo, mi intención es trabajar allí este verano ayudando a mi padre y mis tíos. Mucha gente no quiere trabajar en el campo porque tienen una carrera o porque piensan que no es un trabajo digno. Yo no me avergonzaría de ello si así uno es feliz. Y no, no me gusta que la gente se vaya fuera. Perdemos tanta gente cualificada...

Hoy empieza el viaje de Rubén: Lublin-Granada, 2,880 kilómetros, seis países, diez días especiales con un objetivo: «Espero llegar a casa, matricular el coche y que Maluch se quede con nosotros». Después de todo, el Fiat 126p nació para hacer historia. Para llevar muy lejos a cualquier familia.

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