El Rayo frena al sorprendente Mallorca

El Rayo dio la sorpresa y se impuso al Mallorca en un choque de ida de los octavos de la Copa con muchas alternativas, donde el conjunto de Segunda consiguió frenar la impresionante racha del equipo de moda de Primera División. Los baleares, con diez hombres durante una hora, resistieron las acometidas de los locales y marcaron un tanto que puede ser decisivo en el encuentro de vuelta en el Ono Estadi, donde los bermellones han ganado todo lo que han jugado en Liga.

Gregorio Manzano regresaba a un estadio, el Teresa Rivero, donde dejó un grato recuerdo, algo difícil de encontrar en un deporte tan visceral y volátil como el fútbol. Además, lo hacía al frente de un conjunto en estado de gracia, capaz de codearse con los grandes de la Liga y ocupar un cuarto puesto que da acceso a 'Champions', en principio, destinado a otros ilustres.

El Rayo afrontaba el choque con la motivación e ilusión de quien ya ha dejado en la cuneta a la Real Sociedad, el Córdoba o el finalista de la pasada edición, el mismísimo Athletic. Y los de Pepe Mel salieron sin complejos, dispuestos a darle una alegría a la afición que desafió la gélida noche y acudió a animar a sus jugadores. Tuvieron recompensa. Al cuarto de hora, el veterano capitán vallecano, Míchel, recogió un balón en la frontal del área, se internó, regateó al portero y marcó a portería vacía. La alegría pudo ser mayor en los madrileños si Collantes, sólo un minuto después, hubiera estado más certero en el mano a mano con Lux. Pero los baleares no se achantaron y adelantaron las líneas.

Heridos en su orgullo, cercaron la portería rival. Pese a reservar a Aduriz, los delanteros del Mallorca, Víctor y Keita, dieron trabajo a la zaga vallecana. Sin embargo, fue Julio Álvarez quien logró el empate con un tiro cruzado dentro del área. Con la igualada, el juego se equilibró y ambos equipos dispusieron de ocasiones para marcar. La clave del choque se produjo con la expulsión del bermellón Mattioni por doble amarilla a los 36 minutos. Sin tiempo para digerir el contratiempo, los de Manzano vieron como Collantes volvía a adelantar a los locales con un cabezazo dentro del área.

La segunda parte fue un toma y daca por parte de ambos equipos. Lejos de resignarse a la derrota, los baleares dispusieron de varias ocasiones, pero Víctor o Castro las desaprovecharon. El Rayo tampoco se conformó con el resultado y buscó un tercer tanto que le permitiera afrontar el partido de vuelta con mayor comodidad, aunque los locales tampoco estuvieron acertados de cara a puerta.