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Sebastián Aguilar Arcos, muestra sus obras de metal en su casa. :: ALFREDO AGUILAR
Trabajar en el alambre
Provincia-Granada

Trabajar en el alambre

Un vecino de La Malahá ha creado más de dos mil obras con hilo de cobre desechable, entre ellas un Belén

A. CÁRDENAS

Jueves, 24 de diciembre 2009, 02:17

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Cuando éramos pequeños y nuestros padres no veían en nosotros un futuro muy esperanzador, siempre soltaban en plan sarcástico la misma cantinela: «¿Cuándo seas mayor que vas a trabajar... ¿en el alambre?» En nuestras mentes infantiles aparecía entonces ese funambulista de circo que atravesaba un vacío impresionante andando por un alambre. Nos imaginábamos al gran Renato con una barra en las manos caminando tambaleante por una enorme maroma de cobre.

Si esa pregunta se la hubiera hecho a Sebastián Aguilar Arcos su padre, la respuesta hubiera sido afirmativa. Pero no como funambulista, sino como artista del hilo de cobre desechable. «En el alambre no, sino con el alambre», le hubiera dicho este hombre, que comenzó con su pasión a los ocho años y ya tiene 61. Su casa es todo un museo de cosas y utensilios hechos con hilos de cobre. Tiene la Alhambra de Granada (en la que utilizó más de 80 kilos de este material y dos años de trabajo), la plaza de toros, la catedral y decenas de monumentos de Granada. También está la torre Eiffel, la torre de Pisa, la torre del Oro... Cualquier estructura que se pueda construir, fotografiar o pintar, él la hace con alambre de motores inservibles. Su última gran obra es un belén reivindicativo en el que quiere homenajear a productos como el plomo de Linares, la chirimoya de Granada y la plata de Córdoba.

Pipos y sostenes

Pero no sólo tiene esculturas y monumentos, cualquier cosa que llegue a la imaginación de Sebastián se convierte en una pieza de alambre. Corbatas, guitarras, chalecos, espadas, vasijas, lámparas, chupetes, pipos, ánforas, jarrones, escudos de fútbol, marcos para fotos... ¡y hasta penes y sostenes! Todo puede se puede convertir en figura de alambre. El colorido en sus esculturas lo pone el mismo tono del hilo. «Algunos colores son difíciles de encontrar. Por ejemplo, el escudo del Real Madrid no lo he podido hacer porque no he encontrado el suficiente hilo morado», dice.

-¿Cuántas horas de su vida ha pasado usted haciendo cosas de hilo de cobre?

-Uf, si las hubiera contado....

Por lo pronto dice que no tiene otra afición y que su pasión es coger las tijeras y los alicates y ponerse manos a la obra.

-¿De dónde saca usted tanto hilo de cobre?

-De las chatarrerías. Es de los motores de los electrodomésticos viejos. El mejor es el de los microondas. Ese hilo es estupendo. También mucha gente que sabe mi afición me trae motores a casa.

Sebastián emigró a Alemania y después a Cataluña, donde dicen que se inventó el hilo de cobre cuando dos catalanes se encontraron una pesetas y tiraron de ella porque ambos se la disputaban. Ha trabajado, además de en el alambre, en una fundición y, sobre todo, de jardinero. Tal vez por eso una de sus creaciones preferidas sean las rosas y las margaritas.

Asegura Sebastián que tiene un único y fervoroso deseo: encontrar un lugar amplio a estilo museo en el que pueda exponer todas sus piezas. «Tengo muchas obras guardadas y desmontadas porque no cuento con sitio para ponerlas. Si alguien pudiera darle una solución...», comenta Sebastián, que a pesar del problema de espacio, dice que seguirá con su pasión, una pasión hecha también con hilos de cobre.

(Si algún lector está interesado en saber lo que este vecino de La Malahá hace, no tiene más que visitar su página web: www.sebastianaguilar.com).

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