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Dantesco. El aparcamiento de camiones de Transportes Paco Pérez, en la carretera de Playa Granada, se inundó al romperse un muro de contención de una acequia. El agua destrozó decenas de vehículos :: JAVIER MARTÍN
Motril no aguanta tres días de lluvia y sufre los estragos de las inundaciones
COSTA

Motril no aguanta tres días de lluvia y sufre los estragos de las inundaciones

Casi 100 litros de agua acumulados por metro cuadro hicieron de la zona de la playa un auténtico caos, con graves inundaciones

MERCEDES NAVARRETE ENVIADO ESPECIAL motril@ideal.es

Jueves, 24 de diciembre 2009, 01:59

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La suerte que tiene la Costa Tropical -que utiliza su media de 300 días de sol al año como reclamo turístico- es precisamente ésa, que en esta tierra casi nunca llueve. Porque desde luego no está preparada para soportar un aguacero fuerte y ayer volvió a demostrarlo. Motril no aguantó su tercer día continuado de lluvia. Los problemas se multiplicaron y provocaron un auténtico caos en la zona de la playa, la más baja de la ciudad donde desagua toda la vega. Inundaciones, casas y negocios anegados, accidentes de tráfico, el Camino del Pelaíllo cortado... la lluvia provocó un escenario absolutamente dantesco en la zona más turística de Motril. Lo más grave es que no se trató del tormentón del siglo -ése ya cayó en Almuñécar el año de la tromba (21 de septiembre de 2007)- sino de una lluvia intensa y continuada -la más fuerte del año sin duda y con unos truenos que por momentos dieron miedo- pero que no dejó ayer más de 50 litros por metro cuadrado en la ciudad, según informó la Agencia Andaluza del Agua. Una cantidad que hubiera causado charcos y daños menores en una ciudad bien preparada pero que en la Costa -teniendo en cuenta los dos anteriores días de aguacero que ya habían dejado 19 y 31 litros- bastó para que se armara un buen pitote. En la playa de Motril no funcionan los pluviales y las salidas naturales del agua hacia el mar estaban obstruidas, por lo que el nivel del agua acumulada se elevó hasta convertirse en una auténtica piscina.

Además de las inundaciones, el incidente más destacado del día fue el desbordamiento del caudal de una acequia, que reventó el muro de contención del aparcamiento de camiones de la empresa 'Transportes Paco Pérez' en la carretera de Playa Granada y provocó que el agua lo anegara totalmente. En el recinto se acumularon millones de litros de agua que cubrieron por completo siete trailers y al menos 22 coches -probablemente había más pero no se veían ya por la altura del agua-. El panorama era tan desolador que por momentos recordó a la dramática riada de Almuñécar aunque, esta vez, por fortuna, solo hubo que lamentar daños materiales. El propietario del garaje de camiones no tenía fuerzas para hablar con este periódico y solo alcanzó a maldecir su mala suerte, al igual que los afectados que perdieron su coche, que estaban completamente aturdidos. Sólo se veían caras descompuestas. Y es que la pérdida de estos vehículos supondrá un auténtico drama a sus propietarios -que suelen ser los propios camioneros- en estos tiempos de crisis. Muchos no solo perdieron el camión, también el vehículo particular.

Los que sí tenían fuerza para hablar y clamar su desesperación fueron los propietarios de los negocios de la playa de Poniente, que ayer se vieron con el agua a la rodilla literalmente. Están desesperados. Carmen López del Camping de la Playa de Poniente se quedó aislada ya que la Policía cortó el Camino del Pelaíllo e incluso impidió por seguridad que entraran sus trabajadores, ya que el agua inundaba toda la puerta de su negocio.

En el restaurante Katena, un establecimiento emblemático en la Costa Tropical, su propietario, José Molina, más conocido como 'Pepe Katena, estaba desolado después de 48 seguidas achicando agua, junto a toda su plantilla. Dentro de lo malo, este empresario se congratulaba de que no hubiera que lamentar daños personales. Más que las pérdidas económicos que serán fuertes en el restaurante -llevan tres días suspendiendo comidas de Navidad (tan solo ayer más de 180 cubiertos) a 'Pepe Katena' que además es el presidente de los hosteleros de la Costa, le duele «la mala imagen que estamos dando». «Esta es la zona turística de Motril, la puerta de Playa Granada, del campo de golf, aquí queremos un puerto deportivo, ¿cómo podemos permitirnos esto?», comentaba. Las mesas -vestidas de Navidad- del restaurante navegaban y toda la plantilla pasó la noche achicando agua, junto a los bomberos. «Llevamos 30 años reivindicando que arreglen los pluviales, pero claro como es la Costa Tropical y aquí no llueve, no pasa nada», ironizó.

La plantilla de Katena recibió toda la noche el apoyo del teniente alcalde de Agricultura, Francisco Villoslada, que estuvo coordinando las tareas de desagüe de la playa, junto a los técnicos de Matenimiento, con el agua a la rodilla. «Es que los balates se limpian antes, no cuando ya está lloviendo», increpaba al concejal Villoslada uno de los vecinos del Camino del Pelaíllo, indignado. El Ayuntamiento motrileño puso en marcha un plan de emergencia ante la fuerte lluvia y envió a todas sus máquinas excavadoras a desatascar los balates y abrir zanjas provisionales para que el agua saliera al mar. «El Ayuntamiento de Motril ha puesto a disposición todos los medios materiales y humanos de los que dispone. Están interviniendo siete camiones de bomberos, 10 bombas de achique, 21 bomberos, personal de Protección Civil y cuatro máquinas excavadoras. Se está trabajando las 24 horas del día, aunque las tareas se ven dificultadas por las fuertes lluvias permanentes», explicaba el teniente alcalde de Seguridad Ciudadana, José García Fuentes. Tampoco la Policía Local tuvo ayer un minuto de respiro. Tuvo que actuar ante los desprendimientos que tuvieron lugar en la ronda de Poniente y en la antigua carretera de la playa. También se cayeron cornisas y el tráfico fue caótico en la ciudad.

La lluvia y la velocidad inadecuada jugaron una mala pasada a un vehículo que se estrelló contra la mediana y una farola de la carretera del puerto. Milagrosamente resultó ileso.

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