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Libro. Javier Villoria, Mar Villafranca y Manuel Mateo, ayer en el Palacio de Carlos V. :: ALFREDO AGUILAR
Cartas desde la Alhambra
Cultura-Granada

Cartas desde la Alhambra

Un libro recopila las misivas que Washington Irving escribió durante sus dos estancias en Granada en 1828 y 1829

INÉS GALLASTEGUI

Martes, 22 de diciembre 2009, 02:28

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El Patronato de la Alhambra y el Generalife presentó ayer el libro 'Cartas desde la Alhambra' de Washington Irving, que reúne las 37 misivas que el escritor romántico estadounidense envió a familiares, amigos y colegas durante sus dos estancias en Granada. La correspondencia de Irving ha sido recopilada y traducida por el catedrático Antonio Garnica, que además contextualiza esas misivas y las relaciona con los famosos 'Cuentos de la Alhambra', por un lado, y con los diarios del viajero, por otro.

Washington Irving (1783-1859) llegó a España como asesor cultural invitado por el embajador norteamericano, Alexander Everett. En principio, su encargo era traducir unos documentos sobre el descubrimiento de América, pero acabó escribiendo una biografía de Colón, su 'Crónica de la conquista de Granada' y sus 'Cuentos', que vieron la luz por primera vez en 1832 y cuya edición definitiva data de 1851.

Irving estuvo en Granada en dos ocasiones. La primera, entre el 9 y el 20 de marzo de 1828, se alojó en una pensión y escuchó las historias del guía Mateo Jiménez. De este periodo recoge el libro dos largas cartas escritas a Antoinette Bolviller, un amor platónico de Irving -que tras la muerte de su prometida adolescente nunca se casó-, y otra a su 'jefe', Everett.

Singular fortuna

Su segunda estancia, ya instalado en los palacios moros, se prolongó del 4 de mayo al 29 de julio de 1829. En estos días, la principal compañía de Irving fue el duque de Gor y su propósito, indagar en el pasado de Granada. En algunas de las 34 cartas que escribió ya da cuenta de su proyecto literario. «He decidido permanecer aquí hasta haber puesto en marcha unos escritos relacionados con este lugar (...). Es una singular fortuna poder vivir en este lugar romántico e histórico que tiene tanto impacto en la imaginación de los lectores en cualquier parte del mundo (...)». El visionario narrador neoyorquino tenía razón: sus leyendas alhambreñas se convirtieron en un 'best-seller' y él, en un escritor famoso.

Mientras investigaba y tomaba notas, Washington escribía a sus hermanos Ebenezer, Edgar, Sarah, Catherine y Peter (era el menor de once), al príncipe Dolgorouki -que le acompañó en varios de sus viajes andaluces-, al pintor David Wilkie, a su editor , a su agente literario y, de nuevo, al representante de EE UU en Madrid. Esta segunda estancia termina inesperadamente cuando le es ofrecido el puesto de secretario de la embajada de su país en Londres.

La correspondencia granadina del escritor y diplomático se encontraba en la biblioteca de la Universidad de Harvard y nunca había sido traducida al castellano. El libro no es sólo un complemento a los 'Cuentos de la Alhambra', sino que muestra el rostro más íntimo de su autor, según explicó Manuel Mateo, director de la editorial Tinta Blanca. Javier Villoria, comisario de la exposición con motivo del 150º aniversario de la muerte de Irving, subrayó que se trata de una lectura «deliciosa» y «amena». La directora de la Alhambra, Mar Villafranca, recomendó el libro como regalo de Navidad.

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