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El joven mago madrileño Ricardo Rodríguez. / IDEAL
«La magia no es como los efectos especiales; sucede aquí y ahora»
RICARDO RODRÍGUEZ MAGO

«La magia no es como los efectos especiales; sucede aquí y ahora»

El Mago del Año 2007 ofrece esta noche su espectáculo en El Apeadero (21.00 h) y El Pícaro (24.00 h)

INÉS GALLASTEGUI

Jueves, 26 de noviembre 2009, 03:36

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Ricardo Rodríguez (Madrid, 1975) hace hoy doblete, en el segundo día del Festival Internacional de Magia de Granada Hocus Pocus. Los aficionados podrán verle en El Apeadero a las 21.00 horas (entrada, 6 euros) o en el pub Pícaro a partir de la medianoche. «Voy a tener que correr mucho», reconoció ayer. O teletransportarse.

-¿En qué consiste su espectáculo 'Magia de altura'?

-Rinde tributo a grandes intérpretes y creadores que van desde el siglo XIX hasta mediados del XX, con algunos efectos clásicos pero actualizados. También es un tributo a mis pasiones literarias, con juegos inspirados en cuentos d Borges, el 'Edipo' de Sófocles... Utilizo sobre todo cartomagia, y también cubiletes, bolas...

-¿Qué supuso para usted la figura de Arturo de Ascanio (1929-1997), 'padre' de la cartomagia española?

-Fue uno de mis maestros y para mí hubo un antes y un después de sus enseñanzas. Es el mago que más ha influido en España. Tenía una idea muy estructuralista de la magia: hizo como una especie de sistema de este mundo, puso nombre a algunas teorías, acuñó términos que hoy se utilizan y escribió mucho y muy bien.

-En 2007 ganó el Premio Ascanio como Mago de Año.

-Que te den un premio siempre gusta: supone el reconocimiento a una trayectoria. Además me hizo ilusión porque llevaba el nombre de mi maestro. Pero también hay mucho mito, a veces no son del todo justos y conozco gente que se ha hundido porque no le han dado el premio que esperaba.

Público predispuesto

-Suele actuar en locales pequeños. ¿Le gusta más la relación directa con el público?

-Cada cosa tiene su aquél. Durante muchos años he trabajado en restaurantes y bares, y últimamente un poco más en teatros, normalmente pequeños. Lo estoy disfrutando muchísimo. No es lo mismo que el público esté predispuesto, compre una entrada y vaya a verte a que se encuentre con el espectáculo: la actitud cambia.

-El ilusionista suele ser una figura solitaria, pero usted forma parte de la compañía Escénicus...

-Estoy muy a gusto en este proyecto, en el que nos ha estado dirigiendo Juan Tamariz, otro de mis maestros. Poca gente tiene acceso a este aprendizaje.

-¿Cree que la magia pierde encanto en un mundo tan acostumbrado a los efectos especiales?

-La magia sigue teniendo vigor y hoy más que nunca. Precisamente es el desencanto el que lleva a la gente a los espectáculos de magia, a ilusionarse, a dejarse arrastrar por la ficción. Lo bueno de la magia es que sucede aquí y ahora, en un marco de representación que comparten el mago y el espectador, no es una ficción.

-¿Qué cualidades precisa un mago?

-No tanto habilidad, sino sobre todo amor por ello, dedicarle mucho tiempo, mucha pasión... que me imagino que es una receta para cualquier otra cosa.

-¿Qué le parecen festivales como el Hocus Pocus?

-Una maravilla. Antes no había la cantidad de festivales que hay ahora. Es una gran labor la que están haciendo MagoMigue y la gente que le rodea. No sólo por la magia como espectáculo de ilusión, sino por el arte. La gente cree que la magia es el juego y el cachondeo, pero detrás hay una cosa muy profunda, un arte complejo.

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