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El Barça sufre para ganar a un Estudiantes en estado puro
ACB | ESTUDIANTES-REGAL BARCELONA (75-78)

El Barça sufre para ganar a un Estudiantes en estado puro

El conjunto madrileño suma su quinta derrota consecutiva pese a su lucha y valentía

RICARDO MOLINELLI. EFE | MADRID

Domingo, 1 de noviembre 2009, 21:30

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El Regal Barcelona sufrió, mucho más de lo esperado, para ganar a un Estudiantes en estado puro, luchador, valiente, corajudo y que, sin embargo, suma su quinta derrota consecutiva en cinco jornadas, igualando su peor arranque de Liga de siempre. Los colegiales comenzaron el partido muy enchufados, sabedores de que sus teóricas mínimas opciones pasaban por jugar al ciento cincuenta por cien desde el primer al último segundo. Popovic, por parte estudiantil, y Navarro, por los barceloneses, llevaron la voz cantante en las primeras anotaciones. El Barcelona dio siempre sensación de superioridad física y técnica, pero los locales a base de intensidad, de lucha en los rebotes y de ganas, se resistieron a dejar el camino expedito al rival. El 20-23 del primer cuarto, hizo justicia al esfuerzo colegial, pero con el lastre del excesivo desgaste físico de muchos de sus jugadores. En el segundo cuarto no cambiaron en exceso las cosas, mientras el Barcelona hacía una exhibición de la profundidad de su banquillo con continuos cambios, el Estudiantes se intentaba agarrar al partido con uñas y dientes, a base a dejarse el alma en cada rebote y en cada posesión. El Barcelona dominó el marcador casi todo el tiempo, pero no acabó de romper el partido y los colegiales, haciendo la goma, se acercaron a la menor oportunidad, hasta el punto de que consiguieron llegar al descanso con tablas en el luminoso, 40-40.

Los primeros cinco minutos del tercer cuarto fueron kafkianos, con un parcial de 3-2 a favor de los colegiales y un cúmulo de desaciertos, pérdidas y tiros fallados. Un correcalles. Al final del cuarto: 49-52, todo en el aire y una demostración de que el Barcelona también es humano.

En los últimos diez minutos, siguieron los errores por ambos bandos, pero cada vez que el Barcelona daba la sensación de que iba a despegar en el marcador aparecía una canasta milagrosa local para volver a conectar en el marcador. Ni siquiera los tres triples consecutivos de Lakovic doblegaron la férrea voluntad de los madrileños de luchar hasta el final, en que la victoria se decantó del lado del Barcelona por puro peso específico y calidad de sus jugadores.

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