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Bob Dylan revisa la tradición anglosajona cantando quince villancicos.
El viejo rockero Santa Claus
CULTURA

El viejo rockero Santa Claus

Bob Dylan ha sido siempre un fiel recreador de lo tradicional; ahora presenta un disco de Navidad cuyos beneficios se destinarán a varias ONGs

I. ZARATA

Miércoles, 21 de octubre 2009, 04:49

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Ni el más radical de los rockeros anglosajones disimula su corazoncito navideño. ¿Quién ha cantado con más dulzura el «merry Christmas and happy New Year» que John Lennon? Hasta el poco recomendable 'rolling stone' Keith Richards ha entonado algún himno a las fiestas blancas. Y también Bruce Springsteen, David Bowie o U2. Estos últimos con más razón porque Bono Vox se ha definido siempre como católico confeso.

La cultura anglo ha conseguido invadir las de otras religiones y hábitos colándonos sus villancicos y sus particulares estéticas. Father Noel y Santa Claus van desplazando de la imaginería comercial navideña a los belenes o los Reyes Magos.

Así que no parece raro que Bob Dylan, padre mayor del rockerío, otrora hirsuto poeta rebelde, y considerado -contra su opinión- icono de la generación sesentista, nos regale no ya una melodía navideña (lo hizo con White Christmas) sino un disco entero de villancicos. Al fin y al cabo él es judío y no lo ha solido disimular. Y judía es la fantasía del portal de Belén y derivados. Lo anunció en verano y se acaba de hacer realidad comercial esta semana.

Millones de hambrientos

Para que no queden dudas sobre sus sentimientos respecto a esa tradición judeocristiana, Dylan ha titulado su nueva obra como 'Christmas in the Heart' (Navidades en el corazón). Y para los herodes que quisieran ver cualquier operación de marketing con angelitos y pastorcillos, el creador de 'Like a rolling stone' dejó claro desde que anunció su proyecto que donará todos los derechos del disco a la ONG Feeding America. Sus portavoces han calculado que durante las fiestas se repartirán más de 4 millones de comidas entre casi millón y medio de gente depauperada en USA.

Más la ayuda que se reparta también en el Reino Unido y en algunos países en vías de desarrollo. Si las cifras son reales, el gesto del de Minnesota es muy serio. Dylan no ha sido muy amigo de conciertos benéficos, pero esta vez toca una llaga que supura las miserias de una sociedad escandalosamente desigual. Lo explica así: «Es una tragedia que sólo en este país (USA), más de 35 millones de personas -12 de los cuales son niños- se acuesten a veces con hambre y se despierten cada mañana inseguros de dónde encontrarán qué comer. Me he unido a la buena gente de Feeding America esperando que nuestros esfuerzos aseguren durante las fiestas navideñas una alimentación a la gente necesitada».

¿Y la música? Quien pase de los villancicos, o los odie, no disfrutará obviamente de este disco, de portada adecuadamente tópica con la estética habitual de esa celebración. Tampoco quien no aguante la voz de lija de su protagonista. Entre dylanianos habrá entusiasmo, claro. Y la crítica internacional le está dando bastante buena nota, destacando versiones como la 'Little drummer boy' (sí, el tamborilero de Raphael), 'Do you hear what I hear', 'The Christmas song' o 'Hark the Herald angels sing'. Además de cantante rocker, country o blues, Dylan ha hecho también de 'crooner'. Ahora es Santa Claus.

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