Edición

Borrar
Un puesto del exclusivo rastrillo tailandés. / EFE
El rastrillo de los ricos
SOCIEDAD

El rastrillo de los ricos

Un grupo de millonarios tailandeses monta un mercadillo para personas de gustos caros con el que sobrellevar la crisis económica

G. R.-CANELA

Jueves, 1 de octubre 2009, 03:39

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Acuciados por la crisis financiera, un grupo de millonarios tailandeses se reúnen cada fin de semana en un exclusivo rastrillo para vender sus propiedades inmobiliarias, joyas o coches de lujo para hacerse con algo de dinero extra. Conocido por el 'Rastrillo de los ricos', este lujoso bazar atrae a elegantes compradores y curiosos de la clase acomodada en busca de alguna ganga, desde una muñequita de porcelana por unos treinta dólares o un coche deportivo de la marca Mercedes por más de doscientos mil dólares.

«Aunque tengo propiedades y negocios, ahora necesito dinero en efectivo y he decidido vender algunos de los perfumes que he reunido a lo largo de muchos años en mis viajes a Europa o Estados Unidos», declara Kranwika, rodeada de frascos de caras fragancias, y a quien unas grandes gafas de sol ocultan gran parte del rostro.

La idea de abrir este mercadillo para tailandeses que fueron ricos surgió en 1997 con la crisis asiática, cuando el dueño de un concesionario capitalino de Mercedes Benz, Wasant Pothipimpanon, observó con preocupación que las ventas bajaban porque sus mejores clientes carecían de dinero en efectivo. «En aquellos días organicé un mercadillo en el concesionario para que pudieran comerciar con sus bienes y propiedades», explica el promotor, Pothipimpanon, que hace un mes decidió que había que resucitar este singular baratillo para gente con gustos caros.

Pothipimpanon también asesora personalmente a los adinerados vendedores, como el caso de una señora dispuesta a deshacerse de un amuleto de Buda por la nada despreciable suma de un millón de bat (unos 29.000 dólares o 21.000 euros). «Ha pertenecido a su familia durante muchos años, pero ahora prefiere venderlo para tener más liquidez; el precio de los amuletos religiosos se dispara cuando son obra de monjes venerados porque tienen propiedades milagrosas», explica el promotor, mientras observa detenidamente los amuletos con su lente de aumento.

En una esquina del concesionario, varias personas discuten el precio de un apartamento o de unos terrenos, cuyos precios pueden alcanzar varios millones de dólares.

Vouiton, Rolex....

Mientras que los hombres se entretienen más con los palos de golf, el deporte preferido de la elite tailandesa, las mujeres rebuscan entre cinturones de pedrería, zapatos o bolsos de marcas de diseño como Burberry o Louis Vouiton, cuyos precios oscilan entre 130 y 150 dólares, el equivalente a más de la mitad del salario mínimo.

Una joven con los dedos de sus manos repletos de sortijas y que se tapa los hombros con un pañuelo de seda pregunta por el precio de un exclusivo modelo de Rolex con incrustaciones de piedras preciosas, por el que piden al contado 400.000 bat (unos 11.700 dólares o 8.400 euros), aunque con habilidad por parte del cliente y cierta predisposición del vendedor, se puede conseguir un descuento.

Como en otros mercados de Tailandia para ciudadanos de a pie, aquí también hay lugar para el corriente y arduo regateo en algunos artículos de segunda mano. «Compré este cuadro en Francia por 500 euros y lo vendo por sólo 400», señala Nunghatai, mientras permanece sentada entre jarrones de porcelana de apariencia china, ceniceros de plata, lámparas antiguas y antiguos retratos.

La caída de las exportaciones y el turismo han afectado duramente a Tailandia, cuya economía se contraerá este año un 3,5% por segunda vez consecutiva.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios