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Antonio Sabater 'caza', con su cámara, instantes inolvidables de algunas especies.
«Mi trabajo es capturar unos segundos de la vida secreta de algunos animales»
ANTONIO SABATER FOTÓGRAFO DE LA NATURALEZA

«Mi trabajo es capturar unos segundos de la vida secreta de algunos animales»

Lleva más de 30 años persiguiendo a la fauna salvaje y cazando, con su cámara, instantes inolvidables de diversas especies

GUILLERMO PEDROSA

Miércoles, 30 de septiembre 2009, 04:11

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Antonio Sabater (Sevilla, 1961) comenzó su carrera como fotógrafo de la naturaleza en las Marismas del Guadalquivir, con 18 años. Desde entonces ha perseguido animales en el Amazonas, Madagascar, el pantanal boliviano... Sus reportajes han sido publicados en revistas como 'Geo', 'National Geographic', 'Muy Interesante' o 'Life', entre otras. Sabater es co fundador de la Asociación Española de Fotógrafos de la Naturaleza y ha creado la agencia Enfoque 10 y la empresa MasterClass Foto, destinada a la formación de estos particulares cazadores de imágenes. El experto organizó un taller sobre esta materia la semana pasada, por quinto año consecutivo, en el XII Seminario Internacional de Periodismo y Medio Ambiente.

-¿Qué cualidades son las que se necesitan para ser un buen fotógrafo de la naturaleza?

-La práctica de la fotografía de naturaleza no es solo un ejercicio en sí o una profesión, es una pasión, un enorme amor por la vida que requiere un gran esfuerzo, sacrificio y mucha disciplina. El cazador fotográfico debe tener los conocimientos de un naturalista sobre la especie que va a fotografiar, las interacciones con otras especies y sobre el hábitat que lo acoge. También debe reunir el sigilo de un cazador y la pericia de un trampero para interpretar las huellas, rastros y señales que la fauna deja tras de sí. Con un buen equipo fotográfico, las dotes del 'Hombre Invisible' y la paciencia del Santo Job se consigue depurar una técnica personal que garantiza el éxito en más de una ocasión.

-¿Su trabajo es vocacional, cómo surgió esta afición?

-Mi trabajo como fotógrafo profesional surgió de la afición y pasión por la naturaleza desde muy joven. En mis inicios laborales, que fueron muy diversos, siempre me acompañó la afición de la fotografía en los ratos libres, hasta que consideré que era el momento de montar mi propia empresa y dedicarme a la fotografía de forma continuada y profesional. Nunca fue un trabajo fácil, pero me siento un privilegiado por poder desarrollar la que es mi gran pasión.

-Ha fotografiado parajes como el del Amazonas, el Guadalquivir, Bolivia. Si tuviera que escoger uno de estos entornos, ¿cuál elegiría y por qué?

-Sin duda lo lejano y lo desconocido nos resulta muy exótico y atractivo. Destacaría lugares tan remotos como Madagascar por su paisaje y su exclusiva fauna. Aunque con los años aprendes a valorar lo cercano, y cuando lo mas próximo son las Marismas del Guadalquivir, en Doñana, uno se enamora para toda la vida.

-¿Algún animal no se tomó bien que le estuvieran fotografiando, recuerda alguna situación de su trabajo en la que sintiera miedo?

-Mi oficio no es diferente de otro cualquiera, sólo que se desarrolla en la naturaleza. Este trabajo surge de la necesidad de contacto con la naturaleza, una devoción constante por la etología y la admiración por la adaptabilidad de los organismos vivos a los diferentes ecosistemas. Más de 30 años de contactos con la fauna salvaje me han aportado muchas vivencias inolvidables, y como consecuencia de esto cada día comprendo mejor a mi propia especie. De los de mi especie, la humana, si he sentido miedo en muchas ocasiones, en particular de la fauna con chaqueta y corbata, de la otra nunca.

-¿Cómo se hace para acercarse tanto a los animales sin ser visto?

-Acercarse no es siempre la opción más rentable, habitualmente se trata de fotografiarlos a distancia, aguardándolos camuflado, muy cerca a sus querencias naturales: donde beben, donde cazan, donde descansan o nidifican.

-¿Cuánto dura la jornada laboral de un fotógrafo de la naturaleza y cómo se organiza el trabajo?

-Nuestro trabajo consiste en capturar unos segundos de la vida secreta de algunas especies. Es todo un reto y un privilegio, se sabe cuando uno llega, nunca cuando regresa. Si se trata de fauna salvaje de seguro que el ritmo lo marcara su conducta y las condiciones meteorológicas. Aun así, una planificación previa es fundamental, aunque la naturaleza te sorprenda cada día y te veas obligado a improvisar, la mayoría de las veces para bien.

-Después de tantos años, ¿cuál es su animal favorito y por qué?

-No tengo un animal favorito, con toda la fauna que he fotografiado he disfrutado mucho, pero no sería justo no recordar al animal que más tiempo le he dedicado con enorme pasión y entrega, mas de 8 años siguiendo al fantasma del matorral en Doñana, el lince ibérico.

-¿Recuerda algún momento inolvidable que haya vivido fotografiando a la naturaleza?

Sí, recuerdo que nos costaba mucho trabajo fotografiar al lince en condiciones idóneas y con los fondos elegidos. Por eso diseñé un artefacto que denominé 'orinal para lince', para colocarlo en las jaulas de manejo de hembras cautivas e irrecuperables. El objetivo era utilizar estos orines para atraer al felino a determinados lugares donde fotografiarlo, el invento funcionó de maravilla y, desde aquel día, la recogida de orina de los linces cautivos, para los análisis veterinarios, se realiza sin la agresión que supone la intervención directa y la anestesia.

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