Edición

Borrar
El constructor, granadino. EFE
Ávila Rojas: «Estoy preparado para todo»
CONDENADO A IR A LA CÁRCEL

Ávila Rojas: «Estoy preparado para todo»

El Supremo ratifica la condena de ocho años y 10 millones de multa por cuatro fraudes a Hacienda

ROCÍO MENDOZA

Viernes, 19 de junio 2009, 13:57

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Nadie ha creído en los argumentos del constructor granadino José Ávila Rojas para defender su inocencia. No lo hicieron los magistrados del tribunal de la Audiencia Provincial de Granada que lo condenaron a ocho años de cárcel y al pago de una multa de diez millones de euros por defraudar a Hacienda cuatro veces con operaciones de compraventa de terrenos. Es decir, por quedarse con cantidades millonarias de los beneficios obtenidos, que no le correspondían. Tampoco lo han hecho los jueces del Tribunal Supremo que han estudiado sus alegaciones para declararse al día con el fisco. Ayer, estos últimos hicieron pública su decisión de declarar firme la citada condena contra el empresario granadino. Rechazaron uno a uno, de forma tan diáfana como contundente, las siete alegaciones puestas a la condena de la Audiencia granadina. Con ello, los recursos para evitar ir a prisión están agotados. Ávila Rojas va camino de prisión.

Final complicado

Después de salir airoso de años de 'escarceos' con los tribunales -las denuncias fueron de distinta índole-, Ávila Rojas se encuentra entre la espada y la pared. Los citados delitos contra el fisco lo puede llevar a prisión en las próximas semanas, cuando aún estará pendiente de ser sometido al juicio del 'caso Malaya', por la corrupción urbanística en Marbella.

La primera vez que fue dictada la citada condena, que por expreso deseo del tribunal no superaría los seis años de encierro, fue en agosto del pasado año 2008. Fue el resultado de una investigación que inició en 2004 el juzgado de Instrucción número 4 de Granada tras la denuncia interpuesta por la Fiscalía de Granada.

Antecedentes

El constructor granadino habría evadido sus obligaciones fiscales tras la compraventa de varios terrenos. Él sostuvo entonces que estaba tranquilo. Que había puesto al día sus cuentas con Hacienda. Que había un error en la percepción del tribunal porque él no tenía que declarar lo que le pedían. Pero la Justicia le ha dado un revés. Ayer, en declaraciones a IDEAL tras conocer el fallo del Alto Tribunal, volvía a repetir sus argumentos. «Yo estaba tranquilo. Convencido de que aquellas operaciones no estaban sujetas a declaración del IVA a ser realizadas como persona física. Pensaba que no iba a ocurrir nada. Pero no ha sido así», asumió.

El constructor granadino reconoce que ahora todo puede pasar. Sus letrados le han informado de que el ingreso en prisión es una condena firme, pero no inminente. Y así es. Fuentes de la Fiscalía consultadas por IDEAL, explicaron que la ejecución de la condena, es decir, que se cumpla de hecho, puede ser solicitada de oficio por el tribunal de la Audiencia que condenó primero y también ser solicitada por el Ministerio Público, la parte acusadora en este juicio. Sobre esto último aún no se ha tomado ninguna decisión.

Ávila Rojas es consciente de esta posibilidad. Y ayer, con un tono que ya denota el cansancio de los últimos años de detenciones, imputaciones, declaraciones judiciales y calabozos, dijo estar «preparado para todo». Ahora, es consciente de que «todo puede pasar». De hecho, cerró la frase apelando a Dios: «Me pasará lo que él quiera. Pero yo ya estoy preparado para todo en la vida», insiste.

Sobre las posibilidades de seguir pleiteando para eludir el ingreso en prisión, reconoce que aún necesita reunirse con sus abogados. Pero, si se puede, lo seguirán intentado por los medios que sea. En cuanto al fraude del IVA, vuelve a su frase preferida: «Yo lo que he hecho toda mi vida ha sido trabajar. No intervengo en cosas relativas a las declaraciones de IRPF, nunca lo he hecho», asume. Como cualquier empresario de su categoría, lo ha dejado en manos de asesores. Pero en esta ocasión el criterio del asesor y el de la Justicia son radicalmente opuestos. Con ello, la metedura de pata parece ser garrafal.

La sentencia publicada ayer por el Tribunal Supremo desarma los tres pilares básicos de su defensa sin demasiados retruécanos. El principal: que no fue un delito continuado, lo que le hubiese supuesto una condena inferior, sino cuatro diferentes. La prisión es, en realidad, lo más preocupante de este asunto. La multa económica, aunque elevada, no tanto. Un juez de Málaga reconoció recientemente su condición de «insolvente».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios