Las bajas de profesores sin cubrir alteran la formación de 2.900 niños

Una media diaria de 2.910 alumnos en los colegios e institutos de enseñanza secundaria de Granada ve mermada su proceso de enseñanza por la no cobertura de las bajas laborales del profesorado, según revela un estudio de CC OO-Enseñanza de Granada.

La encuesta efectuada por este sindicato, dos semanas antes del Corpus, arroja la nada desdeñable cifra de 19 profesores de baja sin cubrir en secundaria, lo cual afecta a 585 alumnos y 93 maestros de baja en colegios, lo cual trastoca el proceso de aprendizaje de 2.325 escolares. «Los críos no están desatendidos aunque no se cubran estas bajas, pero sí es cierto que la calidad de la enseñanza se resiente bastante, y es aquí donde realmente se nota y no en el adelanto del curso unos días», apunta Marta Pérez, responsable de enseñanza pública en CC OO.

Las fuentes consultadas en la Consejería de Educación no comparten estas cifras. En los colegios hay siempre un profesor de más, conocido como el cupo 13. Generalmente están para atender la diversidad, las necesidades del alumnado con más retraso educativo: les refuerzan con clases extras para que cojan el ritmo correcto de aprendizaje. Y también suelen cubrir las ausencias puntuales de un profesor. «Está estipulado que el cupo 13 cubra la primera baja del centro», apuntan desde Educación. ¿Pero qué pasa con el resto del alumnado con más dificultades en la enseñanza que suele atender este cupo 13 a diario? «Hay profesores en primaria que no completan la totalidad de horas en su calendario y se pueden hacer cargo de las tareas que desarrollaba el cupo 13», subrayan desde Educación.

En primer lugar, las bajas del profesorado inferiores a quince días no se cubren. Y después, «el cupo 13 fue pensado para coberturas muy puntuales de pocos días, pero los están utilizando para sustituciones de larga duración, y eso no era lo estipulado con los sindicatos», denuncia Marta Pérez.

Malestar

El malestar en muchos centros educativos es palpable por los grandes problemas que han tenido este curso para suplir a los docentes de baja. Un solo ejemplo: en el instituto de enseñanza secundaria Martín Recuerda de Motril, los alumnos de segundo curso de bachillerato acabaron el último mes sin tener un sustituto del profesor de Física y Química.

La Consejería de Educación en Sevilla, responsable de autorizar o no estas coberturas, no la permitió. Los números y las restricciones burocráticas pesaron más que la necesidad que tenía este alumnado de aprender Física y Química, de cara a los exámenes de selectividad que empiezan el martes.

Este caso de Motril ocurre en un centro de enseñanza secundaria, en ESO y bachiller no hay cupo 13, y las dificultades para suplir a un especialista crecen más. El alumnado cuando se queda sin profesor sustituto es atendido por docentes que necesitan impartir más horas de clase para completar su horario. Educación considera que la cobertura de sustituciones en secundaria en este curso «ha sido similar a la de otros años». No opinan igual el resto de los sindicatos que en la Junta de Personal Docente han denunciado este extremo.

Para evitar males mayores e interferir lo menos posible en el proceso de enseñanza de estos menores, los directores de colegios e institutos hacen auténticos 'milagros' para que los escolares estén atendidos en las mejores condiciones posibles. Pero por mucho empeño que se ponga, un estudiante de bachillerato acostumbrado a un profesor de Matemáticas, por citar un ejemplo, rompe el ritmo normal de aprendizaje si en quince o veinte días nadie le imparte docencia en esta asignatura. El alumno paga las consecuencias.

La nueva consejera de Educación, María del Mar Moreno, anunció en el Parlamento de Andalucía recientemente dos iniciativas que quiere poner en funcionamiento: un nuevo sistema para cubrir las sustituciones del profesorado, más ágil y eficaz, y al mismo tiempo dotar de más autonomía a las ocho provincias de Andalucía para que no sea Sevilla la encargada de autorizar o no las contrataciones en Granada.

«Necesitamos una apuesta por la Educación, por sus profesores y por la calidad de la enseñanza. Y que la apuesta sea real», sentencia Marta Pérez.