Franco perderá la medalla de oro de la provincia

Los salones del Gobierno Civil estaban a rebosar. Pasado el mediodía, el presidente de la Diputación, López Nebrera, rodeó el cuello del Caudillo y le colocó la medalla de oro de la provincia. Siguieron los aplausos y los vítores de ¡Franco, Franco, Franco!, recuerdan las crónicas.

«Si bien es tenido por una noble distinción, viene a ser modesta ofrenda al pensar que está destinada al Caudillo de España, vencedor de una Cruzada tan difícil como cruenta; genial gobernante en la paz -y en todo momento- providencial y esforzado paladín de la fe», destacó el presidente de la Diputación en su retórico discurso, pegado al estilo de la época: «Granada fue el yunque sobre el que los aceros de los ejércitos cristianos dieron los últimos golpes de forja a la unidad nacional, que perduró -y será perdurable- porque tiene la resistencia que proporciona el temple en un baño de sangre española».

Franco fue igual de generoso y grandilocuente en su intervención al referirse a Granada: «Aquí llegaron con Santiago los primeros discípulos para predicar el Evangelio. Aquí, bajo el flamear de las banderas de los Reyes Católicos, se asentó definitivamente la unidad católica de España y la fuerza arrolladora de esa unidad para las grandes empresas nacionales y ultramarinas. (...) ¡Bendito el yugo que al unir las flechas dispersas constituyó el símbolo de nuestra unidad!».

Ocurrió el 19 de mayo de 1957. Medio siglo después el pleno de la Diputación revocará aquella decisión. Sucederá -salvo sorpresa mayúscula- la próxima semana. El grupo socialista ha presentado una moción para anular la concesión de la medalla de oro a Franco y a la guarnición militar de Granada de 1936. Una iniciativa a la que se sumará IU -con su apoyo ya hay mayoría suficiente- y sobre la que el PP aún no ha manifestado su sentido del voto.

El reglamento de la Diputación permite retirar distinciones por «ingratitud, menosprecio, violación grave de las leyes o un acto de deshonor», para lo que es necesario una votación secreta, algo muy inusual en los plenos de la institución. El portavoz socialista, José María Aponte, lo separa de la política y lo enmarca en el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica: «Si la distinción se hubiera concedido por un hecho objetivo, por ejemplo, por la construcción de pantanos, no tendríamos nada que decir. Esperamos la adhesión de todos los grupos políticos porque tienen que ser el reflejo del respeto a una sociedad democrática».

Fue la primera

Fue el pleno de Diputación el que decidió otorgar a Franco y a la guarnición de Granada la medalla de oro en el pleno del 31 de julio de 1956. Era la primera vez que se concedía esta distinción, creada para la ocasión con motivo del XX aniversario del alzamiento. Entre los méritos de la guarnición militar se destacó que «contribuyó de manera eficacísima al triunfo de las armas nacionales sobre las fuerzas del mal desatadas contra la integridad y existencia de nuestra Patria».

La semana próxima aquel acuerdo se quedará sin efecto. En la moción que previsiblemente aprobará el pleno, la Diputación insta a los ayuntamientos a que hagan lo mismo con distinciones similares que puedan existir.

Aunque el gobierno municipal de la capital insiste en que no tiene constancia documental, según se publicó en IDEAL el 21 de noviembre de 1936, en plena Guerra Civil, Franco fue nombrado hijo adoptivo de la ciudad. La gestora municipal en aquel momento le remitió un telegrama con el siguiente texto: «Hónrome participar V. E. que Ayuntamiento sesión acaba celebrar acordó mayor entusiasmo nombrarle hijo adoptivo Granada y se le conceda título hijo predilecto España, así como felicitarle efusivamente triunfo señaladísimo V. E. por reconocimiento de Italia y Alemania gobierno Burgos como legítimo Nación. Salúdale respetuosamente, Miguel del Campo».

«Las leyes no se cumplen en función del grado de satisfacción, se cumplen sin más. La petición que le hago al Ayuntamiento es la del cumplimiento escrupuloso de la ley», expresó el portavoz socialista en la Diputación.