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Isabel Allende junto a la placa en homenaje a su padre, Salvador Allende, que da nombre a una nueva plaza en Peligros. /RAMÓN L. PÉREZ
«La detención de Pinochet 503 días compensó años de dolor»
GRANADA

«La detención de Pinochet 503 días compensó años de dolor»

«De mis padres he aprendido a levantarme ante las adversidades» «Me hicieron salir del palacio de La Moneda poco antes del bombardeo» «Necesitamos un sistema político capaz de velar por el bien común»

JOSÉ R. VILLALBA

Domingo, 1 de febrero 2009, 03:25

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Isabel Allende Busi compartió junto a su padre, Salvador Allende, sus últimas horas en el Palacio de la Moneda de Chile, donde se quitó la vida el 11 de septiembre de 1973 antes de que Augusto Pinochet se hiciera con el poder. Esta parlamentaria socialista chilena lleva miles de kilómetros a sus espaldas para estar presente en los centenares de homenajes rendidos a su padre en todos los rincones del mundo. El viernes estuvo en Granada. Vestida de blanco y negro con una pequeña granada plateada colgando del cuello, esta mujer incansable se sabe heredera de una forma de hacer política en donde la ética no permite aferrarse al sillón por los siglos de los siglos, ni la hipocresía de decir una cosa y hacer otra.

-Le gustaría emular a su padre y presentarse de candidata a la presidencia de Chile.

-No. Hay que dar paso a otras generaciones. El objetivo es que no gane la derecha.

-Qué pensó cuando no condenaron a Pinochet por una supuesta enajenación mental.

-Por partes. Primero cuando se produjo su detención fue de las noticias más maravillosas que tuvimos en muchos años, porque durante mucho tiempo nos había tocado vivir la impotencia de la impunidad. Fueron 503 días sensacionales que compensaron, en cierta medida, muchos años de dolor. Al final muere sin ninguna sentencia condenatoria, porque los jueces acaban aceptando, lo que a mi juicio es tremendamente deshonroso, que es la defensa de quien prefiere hacerlo pasar por demente senil. Pero bueno, el juicio de la historia es mucho más lapidario.

-¿Usted cree en la justicia?

-Me ha costado, pero sí. Hoy tenemos 400 procesos abiertos en Chile contra militares de la dictadura.

-¿A quien admira?

-Hay un personaje que me conmueve: Nelson Mandela. Tuvo que luchar contra ese apartheid horroroso y pasarse 28 años en la cárcel. En él no hay una gota de resentimiento.

-¿Cómo fueron las últimas horas con su padre en la Moneda?

-No me gusta hablar de tanto detalle. En lo personal ha sido muy importante en mi vida, si no hubiera estado allí aquel día me hubiera quedado un gran vacío en mi vida. Fui una privilegiada por compartir con él y con gente que necesariamente no tenía que estar con él pero lo estuvieron por lealtad (periodistas, médicos, políticos, ministros), esos momentos. Nos hicieron salir poco antes del bombardeo, cuando uno lo que deseaba era quedarse dentro.

-Y su madre, 'Tencha' Bussi, cómo lo vivió.

-Mi madre jugó un rol impresionante con una dignidad muy grande. Nunca pensó que iba a sufrir en soledad un bombardeo en su propia casa, porque mi hermana Beatriz y yo estábamos en La Moneda (palacio presidencial donde trabajaba Allende) con mi padre. Mi otra hermana estaba en otra casa. Después partimos hacia un exilio en Méjico, donde la familia Echevarría siempre estuvo pendiente de nosotros en los afectos y cariño para suplir tanto dolor. Después empezó el eterno viajar y viajar, porque mi madre, yo y mi otra hermana teníamos que dar respuesta a esa gran ola de solidaridad que despertó mi padre. El papa Pablo VI, Miterrand, Indira Ghandi, Felipe González, universidades, parlamentos, y Tencha se convierte en una viajera incansable llevando la voz a todos los sitios. La gente le tiene mucho respeto. Hoy ya no sale, pero sigue siendo muy lúcida a sus 94 años.

-¿Qué le transmite Granada?

-Mucha energía.

-Es creyente, agnóstica, atea...

-Mi padre era masón y un no creyente total. Mi abuela materna era muy católica y nos bautizó. Yo llegué a hacer la primera comunión. Después me volví una no practicante. Pero aún tengo un diálogo personal que no sé cómo definir, si agnóstica o semicreyente no practicante. Tampoco me gusta mucho encasillarme.

-¿Qué lección sacaremos todos de la crisis actual?

-Vivimos en un mundo globalizado, que no da las mismas oportunidades a todos. Pero es dramático, que una crisis que emerge del país más rico del mundo, que tiene mucho que ver con codicia y especulación financiera, le acabe afectando a toda la humanidad. Y quienes más la van a sufrir son los más vulnerables. Eso es muy tremendo. El mercado económico por sí solo no funciona. Necesitamos una sociedad o sistema político capaz de regular y velar por el bien común. Si no aprendemos a vivir como seres humanos siendo más armoniosos y haciendo más sostenible nuestro desarrollo económico dejaremos una mala herencia a las generaciones venideras.

-¿Cuál es la mejor lección aprendida de sus padres?

-Los dos tenían caracteres muy diferentes, pero he aprendido a levantarme ante las adversidades. Es decir el no dejarse morir, como decimos en Chile.

-¿Tiene fe en Obama?

-Me sentí feliz y emocionada cuando ganó. Le toca un periodo muy difícil, con una crisis muy profunda y mucho peor de lo que se ha dicho. Costará tiempo salir adelante, no tanto como en 1930, pero costará. Le deseo lo mejor.

-Un libro.

Me gustó mucho 'Confieso que he vivido' de Pablo Neruda.

-¿Qué piensa del ataque de Israel y el silencio de Occidente?

-No es posible aceptar ese abuso de poder y de fuerzas contra civiles, es algo que deslegitima la política de Israel.

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