Edición

Borrar
Las pintadas emborronan la ciudad
GRANADA

Las pintadas emborronan la ciudad

Más del 90% de los edificios del centro de la capital están afectados por las acciones de una docena de jóvenes aspirantes a 'graffiteros'

JUAN ENRIQUE GÓMEZ

Lunes, 29 de diciembre 2008, 13:18

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Son siempre los mismos, aproximadamente una docena de jóvenes que se han propuesto dejar la ciudad plagada con sus firmas y borrones (no se les puede llamar graffitis) y que ninguna fachada quede libre de sus actos vandálicos, incluidos los espacios monumentales de mayor interés histórico y artístico. Desde hace unos meses las actuaciones de estos jóvenes se han multiplicado de forma considerable. El centro de la ciudad había recuperado su imagen gracias a las campañas de limpieza puestas en marcha por el Ayuntamiento y los comerciantes, pero ahora la situación que Granda vivía hace unos años ha vuelto a hacerse realidad. Las paredes de la mayoría de los comercios y establecimientos de la zona comercial de la ciudad se ha convertido en un verdadero borrón con decenas de pintadas, unas encima de otras. Si alguien las limpia al día siguiente aparecen de nuevo.

Recientemente la Fundación Albaicín y las concejalías de Juventud y Educación iniciaban un plan de limpieza y concienciación ante las pintadas en el barrio del Albaicín. La empresa Singraffiti, aseguraba que la totalidad de los espacios monumentales del barrio han sido atacados por las pintadas, y lo mismo ocurre en el centro de la ciudad, donde los estudios realizados por los responsables de esta empresa de limpieza, aseguran que el 90% de los edificios, monumentales o no, lucen numerosas pintadas en sus puertas, persianas y fachadas. Ellos mismos confirman que los autores son sólo unos pocos. Una pintada en el Albaicín decía textualmente: «Somos los mismos de siempre».

Fuentes de la Policía Local afirman que la inmensa mayoría de los autores de las pintadas de la ciudad son jóvenes, muchos de ellos menores de edad, a los que es casi imposible pillar con las manos en la masa, en este caso en el bote de pintura, pero cuando hablan con alguno de ellos reconocen que son muy pocos, pero tienen un reto que cumplir, el mayor número posible de firmas o estampación de sus logos, y en los lugares de mayor dificultad de acceso.

Aspirantes

Estos jóvenes son los aspirantes a verdaderos 'writers' (escritores de graffiti), los artistas de la pintura mural que, en su inmensa mayoría, no se dedican a pintar las paredes de forma indiscriminada y suelen acometer obras de calidad muy apreciadas en los sectores interesados por el arte y la expresión urbana. Pero antes de llegar a esa categoría, muchos de ellos pasan por la etapa de "escribir la ciudad», dicen. El problema está en que la mayoría confunden el borrón con el arte, y no pasarán nunca de la etapa del vandalismo a la de verdaderos artistas.

Centro y barrios

Un paseo por el centro de la ciudad demuestra claramente las actuaciones de estos jóvenes. En la calle Mesones casi la totalidad de las tiendas muestran las marcas de las pintadas. Las persianas de las tiendas ya no tienen sitio para contener más borrones. Los comerciantes limpian de vez en cuando sus fachadas, pero limpiar una pintada cuesta entre 200 y 600 euros. En las calles de los alrededores, más recónditas y ocultas al posible paso de la Policía Local, el problema se incrementa considerablemente. Eso es lo que ocurre en la totalidad del barrio de La Magdalena y San Jerónimo. Las fachadas ya no pueden contener más pintadas, por lo que se sitúan unas encima de otras.

El Camino de Ronda ha comenzado ahora a sufrir esta problemática en sus edificios. Al parecer las fachadas de espacios más céntricos ya no tienen sitio y sus autores buscan nuevos territorios. Lo mismo ocurre en el Zaidín, donde ya proliferaban en espacios abiertos, pero ahora se acumulan en la avenida de Dílar , la de América y la calle Palencia, además de la plaza de Fontiveros y zonas cercanas al Palacio de Deportes.

En la Chana, la zona de mayor actuación de los jóvenes firmantes ha sido desde hace años el teatro del barrio y el centro cívico, además de los alrededores de los campos de deportes situados en este distrito de la ciudad. Curiosamente hace unos años, los graffitis en la Chana se ceñían a las zonas cercanas a las vías del tren, pero ahora están por todo el barrio.

Lo mismo ocurre en Los Pajaritos. Las cercanías de la estación de ferrocarril eran el espacio favorito de los autores de graffiti, y ahora las firmas pueblan todas las calles.

La proliferación de pintadas ha dado lugar a la aparición del chantaje. La mejor forma de evitar la pintada es si se le encarga a un 'graffitero' que plasme su obra en la persiana de tu tienda, y cobra por ello. Así se garantiza, aunque no al cien por cien, que la tienda quedará libre de los aspirantes.

jegomez@ideal.es

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios