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Participantes en el 'Foro Abierto' de ayer en TeleIdeal. /F. P.
El Plan Bolonia, entre la ilusión y el rechazo
GRANADA

El Plan Bolonia, entre la ilusión y el rechazo

'Foro Abierto' de TeleIdeal traslada a su plató la discusión entre partidarios y detractores del proceso universitario de convergencia europea

RAFAEL LAMELAS

Miércoles, 19 de noviembre 2008, 03:21

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El plan Bolonia divide a la familia universitaria. Los hay que le profesan admiración y que se ilusionan con un futuro sistema en el que converjan los estudios universitarios europeos. A otros, sobre todo algunos estudiantes, aunque cuentan con el apoyo de un grupo de profesores, lo rechazan por que encaminan a la institución de grado superior a su 'mercantilización', bajo el yugo de las empresas más poderosas. Qué es el Bolonia y cuáles son sus perspectivas fueron cuestiones a debatir en Foro Abierto de TeleIdeal. Un tema casi inabordable por lo enconadas que están las posturas y por el galimatías que todavía genera. El problema que parece subyacer de fondo es el desconocimiento. Así lo expresó Fernando González, vicedecano de relaciones internacionales de la facultad de Ciencias. «Existen compromisos políticos, no jurídicos desde su firma. Es un proceso vivo que está en continua revisión. Hay demasiados mensajes. Nadie dice que varíe totalmente la metodología. Tenemos que ir interpretando el proceso», sostuvo González. A favor y en contra Lola Ferre es de las entusiastas del Bolonia. No en vano, es vicerrectora de grado y postgrado, y le toca empaparse a diario sobre sus avances, así como responder a las preguntas de los curiosos. «Nuestros 'erasmus' siempre se han quejado de que lo peor de estudiar un año fuera no es el dinero que les costaba residir en otro país, sino que no se homologara lo que cursaban al regresar a su propia universidad. El Bolonia contribuye a remediarlo», explicó. Pero a Carlos Esteban no le convence esta versión institucional. Este estudiante de Sociología lo ve como una excusa para transformar la universidad a peor. «No estamos en contra de unir, sino de que tengamos que pedir un préstamo para estudiar un postgrado, por ejemplo. Hemos pasado de las becas a hipotecarlos», adujo. Ferre defendió la medida del cobro de 1.700 euros por un 'máster'. «Sigue siendo más barato que cualquiera que se estudie en un centro privado. Es cierto que el sistema de préstamos no es el ideal. Pero desde la UGR se lucha por aumentar las becas». Esteban siguió sin aceptar esa exposición. «Hay un claro asalto de la empresa privada. Las investigaciones se financiarán según la rentabilidad que le confieran. La Universidad, productora de conocimiento, será exprimida por el sector privado», vaticinó. Intermedió Fernando González. «Ojalá todo se consiguiera a precios razonables. Pero no podemos querer que 'papá' Estado lo pague todo. Que entre dinero de fuera no es malo. Eso no significa que nos vendamos». Esteban siguió dudando de los fines sociales de estas iniciativas y criticó los métodos de evaluación, que exigirán más trabajos y presencia en las aulas. Ferre expuso que en los programas pilotos «la gente acaba prefiriendo el plan nuevo». González abogó por la necesidad de hacer un parón para explicar a la comunidad universitaria todos los recovecos del Bolonia. Un plan que, hasta que no esté generalizado, será imposible de valorar de forma fehaciente.

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