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QUEJAS. Una marea de estudiantes tomaron el centro de la ciudad para protestar por la reforma universitaria. /LUCÍA RIVAS
Los estudiantes bloquean otra vez la capital en protesta por la reforma universitaria
GRANADA

Los estudiantes bloquean otra vez la capital en protesta por la reforma universitaria

Unos 1.500 jóvenes acudieron a la manifestación para luchar contra el Espacio Europeo de Educación Superior que se implantará en la UGR el próximo curso

M. V. C.

Viernes, 14 de noviembre 2008, 08:54

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Granada es una ciudad universitaria para lo bueno y para lo malo. Y ayer le tocó la parte menos cómoda, porque los estudiantes volvieron a tomar la calle para protestar por la reforma universitaria. El plan Bolonia, que dio origen al Espacio Europeo de Educación Superior es la 'bestia negra' que los empujó a salir a la calle por segunda vez este curso, después de la protesta del pasado 22 de octubre. Los estudiantes no se resignan a este cambio y ayer cortaron durante dos horas la arteria principal de la ciudad, lo que dejó sin autobuses al resto de los ciudadanos. La cita era a las 12 horas en los jardines de Triunfo, para recorrer Gran Vía, Reyes Católicos y finalizar en la Fuente de las Batallas a las dos. Ese permiso era el que había solicitado el Sindicato de Estudiantes a la Subdelegación del Gobierno, como ya hicieran hace unos días. Esta reforma, por la que protestan desde hace un año los estudiantes, trata de equiparar el sistema de educación superior en toda Europa. Para ello, divide las tradicionales licenciaturas y diplomaturas en grados de cuatro años, que se complementan con posgrados de uno o dos años más, y un tercer paso que serían los másters. Camia también el tipo de evaluación y la docencia, con más trabajos prácticos y grupos más reducidos en clase. Pero quizá el aspecto más polémico es el de los préstamos estudiantiles para cursar los estudios, que los jóvenes equiparan a hipotecas, en contra del actual sistema de becas. Para protestar por todo esto, se congregaban en Triunfo unos 1.500 estudiantes 'armados' con pancartas, megáfonos, pitos y algunas banderas para protagonizar la protesta. Pero, aunque todos ellos tenían un objetivo común, las diferencias en la forma de expresarlo provocaron algunas diferencias entre los propios manifestantes que provocaron una imagen insólita de la manifestación. Un grupo de jóvenes trataron de encabezar la manifestación, en lugar de los representantes del Sindicato de Estudiantes, que eran los convocantes, al menos 'oficialmente'. En ese momento se registraron algunos roces entre los sindicales y los jóvenes de la Asamblea contra Bolonia, que zanjó rápidamente el Cuerpo Nacional de Policía. Así, salió primero un grupo de jóvenes al que siguió una decena de agentes de Policía Nacional, que a su vez precedía a los chicos del Sindicato de Estudiantes. Todos ellos llevaban pancartas contra Bolonia, pero parece que fue la de los sindicales la que no gustó a los otros. «En Defensa de una educación pública y de calidad para los hijos de los trabajadores» era el lema que se leía en la tela. Diferencias aparte, unos y otros repitieron gritos ya habituales como el «Bolonia no, Bolonia no» o «Fuera empresas de la Universidad». Cantaron aquello de «Que casualidad, que casualidad, que el hijo del obrero no podrá estudiar» o «Lo llaman enseñanza y no lo es». Uno de los más repetidos fue el que hacía alusión al sistema de financiación que tendrán los estudiantes una vez que se ponga en marcha la reforma. «Queremos becas, no hipotecas», era el resumen que ellos hacían de esos préstamos que los estudiantes podrán tener para cursar sus estudios superiores y que podrán devolver cuando alcancen un puesto de trabajo. Tampoco faltaron las banderas, como la republicana -roja, gualda y morada-, la ikurriña vasca o la indenpendentista andaluza -la más numerosa, con una estrella roja en la franja blanca-. Hubo un aumento de gritos frente a la sede de una entidad bancaria en Gran Vía y ante la sede de Falange Española, pero no hubo incidentes destacables. Los cinco furgones del Cuerpo Nacional de Policía, con más de veinticinco agentes uniformadas y otros de paisano se encargaron de calmar los ánimos, ayudados por la Policía Local. Al final de la manifestación hubo nuevas escenas de tensión interna, cuando algunos manifestantes increparon al representante del Sindicato de Estudiantes, Ramón Reyes, mientras hablaba por un megáfono. Tampoco pasó de la anécdota. Aunque no fueron unidos, unos 1.500 jóvenes granadinos se unieron en sus protestas a otros miles de estudiantes que salieron a la calle en el resto de Andalucía y en otras comunidades. mvcobo@ideal.es

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