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RAFA LÓPEZ Y QUICO CHIRINO
Domingo, 19 de octubre 2008, 11:59
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En aquellas madrugadas del verano de 1936, Antonio García, quien ha pasado el resto de su vida con el apodo de 'El Matapelos', oía disparos, muchos disparos. Era un adolescente que se dedicaba a las labores de pastor de cabras en la zona que media entre Víznar y Alfacar, tarea en la que ayudaba a su padre. Mientras conducía su rebaño, no sólo oía, sino que también veía, a pesar de que era antes de rayar el alba, y lo que veía era una interminable cadena de ajusticiamientos. Las fuerzas franquistas habían extendido ya en Granada todo su despliegue represivo y las ejecuciones se sucedían por miles. Una de las escenas que 'El Matapelos' pudo observar con el corazón acelerado fue la ejecución de Federico García Lorca, quien había sido detenido muy poco tiempo antes. En la edición impresa de IDEAL dispone de todos los detalles de esta información.
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