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VELAS. El Papa Benedicto XVI reza en el Santuario de Lourdes. / EFE
El Papa reza en Lourdes pensando en los enfermos y en las víctimas del terrorismo
SOCIEDAD

El Papa reza en Lourdes pensando en los enfermos y en las víctimas del terrorismo

Quedó impresionado por la casa donde, en 1857, se refugió la familia Soubirous, arruinada y pobre: una celda húmeda y con poca luz

JUAN LARA.

Domingo, 14 de septiembre 2008, 03:20

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Cuatro años después de la visita de Juan Pablo II, Benedicto XVI llegó ayer al santuario de Lourdes, en los Pirineos franceses, para conmemorar el 150 aniversario de las apariciones de la Virgen, con la mente puesta en los enfermos y en las víctimas de la guerra y el terrorismo. «Pensamos en las víctimas inocentes que padecen la violencia, la guerra, el terrorismo, la penuria o que sufren las consecuencias de la injusticia, de las plagas, de las calamidades, del odio y de la opresión, de la violación de la dignidad humana y de sus derechos fundamentales, de su libertad de actuar y pensar», afirmó el Papa en su primer discurso ante unas 60.000 personas.

El Obispo de Roma expresó su preocupación por los que tienen «arduos problemas familiares, quienes sufren el desempleo, están enfermos, discapacitados, solos o por su situación de emigrantes. No quiero olvidar a los que sufren a causa del nombre de Cristo y que mueren por él», añadió.

Procedente de París, el Papa llegó a Lourdes en una tarde desapacible, en la que el frío reinante y la persistente lluvia quedaron anulados por el caluroso entusiasmo de los miles de presentes, gran parte de ellos españoles, que enarbolando banderas acogieron al Pontífice con «vivas» y frases como «ésta es la juventud del Papa».

Tres etapas

Como un peregrino más, Benedicto XVI, de 81 años, lo primero que hizo fue recorrer las tres primeras de las cuatro etapas del jubileo de Lourdes.

Se trata de la iglesia parroquial del Sagrado Corazón, en cuya capilla del Sacramento se conserva la pila bautismal en que fue bautizada Bernadette Soubirous, la niña a la que se apareció la Virgen en 1858; el 'calabozo' (la casa donde vivía la familia Soubirous) y la Gruta de Massabielle (de las apariciones). La cuarta etapa es el oratorio del hospital donde Bernadette hizo la primera comunión, que visitará mañana lunes.

En la parroquia introdujo la mano en la pila bautismal y en el 'calabozo' besó el rosario de Bernadette. El Papa quedó impresionado por la casa donde, en 1857, se refugió la familia Soubirous, arruinada y pobre: una celda húmeda y con poca luz de la antigua prisión de Lourdes.

A continuación, el pontífice se trasladó a la Gruta de las Apariciones, el lugar más importante del santuario, donde la Virgen se presentó en 18 ocasiones a la niña analfabeta entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858.

Procesión

Allí se recogió en oración ante la imagen de la Virgen. Un niño le ofreció un vaso con agua de la fuente milagrosa que María hizo descubrir a Bernadette y después encendió una vela que colocó en un gran candelabro.

La primera jornada concluyó con la tradicional Procesión de las Antorchas, que da comienzo en la Gruta de las Apariciones, atraviesa la pradera que hay en el mismo lugar y termina en el santuario.

Desde la terraza del santuario, el Papa se dirigió a los cerca de 60.000 participantes, ante los que dijo que Lourdes «es uno de los lugares que Dios ha elegido para reflejar un destello especial de su belleza, por ello la importancia aquí del símbolo de la luz».

Benedicto XVI oficiará hoy una misa que se espera multitudinaria en la pradera existente delante de la Gruta.

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