Fernando Alonso entra en calor y logra su primer puesto del año

Las gentes que se achicharraban ayer al sol de la campiña francesa se frotaban los ojos, incrédulas, sofocadas, entusiastas por dar crédito a una ensoñación: un Renault al frente de la tabla de tiempos para solaz del país de la Marsellesa. Fernando Alonso y su equipo entran en calor. O eso parece. El asturiano registró ayer en la segunda sesión de entrenamientos libres su mejor conquista del año. Un primer puesto. Su costumbre desde que es quien es, deshilachada este curso en el R28. Realidad o ficción por los litros de gasolina, siempre en el punto de mira del análisis, Alonso volvió ayer por donde solía.

Con la factoría de Enstone en ebullición de pensantes materias grises y la fábrica de Viry en la misma sintonía, Renault ha ideado un nuevo alerón delantero que Nelsinho Piquet estrenó la semana pasada en Montmeló. Un apéndice que, al decir de Alonso, ha convertido al coche en más manejable, más fácil en la conducción. Puede frenar más tarde, salir antes en las curvas. Se siente más cómodo, con más confianza.

Otro saltito

Sin que se pueda considerar una solución milagrosa, que en la Fórmula 1 no existen ni se las espera, la nueva pieza sí ha impulsado un saltito más en la disertaciones técnicas de los ingenieros que comenzaron en Barcelona (cuarta carrera del año) con el pequeño 'aletín' situado detrás de la rueda delantera del Renault, casi a ras de suelo. Ese apéndice aerodinámico procuró mucho más agarre al asfalto al R28 y por consiguiente un progreso en el panel de tiempos. Según Alonso, es el elemento que más beneficios había impulsado a su estilo de conducción. El nuevo alerón delantero ha complementado la mejoría del coche.

El primer impulso de los especialistas con el mejor tiempo de Alonso fue localizar el registro de Piquet. Bingo. El compañero del asturiano, habitual inquilino de los bajos fondos de la clasificación, acabó ayer noveno en la segunda sesión. Y undécimo en la primera.

Todo podía deberse a los tanques vacíos de gasolina en los dos Renault, más ligeros de peso y por encima de los Ferrari. Circunstancia que Alonso desmintió mientras se dirigía, a la carrera, a la reunión vespertina de pilotos. «Pues no llevábamos tan poca gasolina, no». El día arrancó con una sombra negra -Alonso rompió el motor de su bólido en la primera sesión- y se aclaró por la tarde.

La agresividad que anunciaban Renault y Alonso como condimento para el verano se plasmó ayer, delante del público que venera a la marca del rombo.