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SOCIEDAD

«No hay que obsesionarse»

Los consumidores están «preocupados» por la retirada del aceite del mercado y cuestionan la eficacia de los controles

MATILDE LINEO

Domingo, 27 de abril 2008, 04:48

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Desconcertados y preocupados, pero tratando de no caer en la obsesión. Así se mostraban ayer los consumidores granadinos que realizaban las compras en las grandes y medianas superficies de la ciudad. Muchos de ellos se enteraban de la retirada del mercado de todas las partidas de aceite de girasol al toparse con las estanterías vacías. Extrañados, bombardeaban con sus preguntas al personal. «¿Por qué no hay existencias en las baldas? ¿Qué hacemos con las botellas que tenemos en casa?», cuestionaban. «No las consuman, pero guárdenlas, porque si están en mal estado, nos haremos cargo», les respondían los reponedores.

Otros clientes, en cambio, mascaban la noticia ya desde el desayuno. Y a más de uno casi se le atraganta. «Me he llevado un susto tremendo cuando lo he leído en el periódico. ¿Voy a tirar todo el que tengo en casa! Pero, ¿qué ocurre con el que ya he consumido?», preguntaba compungida Pilar Gómez. «¿Qué ha pasado con los controles de seguridad?», reflexionaba Conchi mientras llenaba su carro en un conocido centro comercial con un par de botellas de aceites. De oliva, por supuesto.

Calma relativa

Pese al sobresalto inicial, una calma relativa imperaba entre los consumidores. Ninguno quería poner el grito en el cielo. Al menos, no antes de tiempo. «No hay que obsesionarse, pero es mejor ser precavidos», insistía una ama de casa que hacía las compras en una de las grandes superficies de la ciudad. «Es muy importante fijarse en el origen de los aceites. Si tenemos tanta producción en España, ¿por qué lo compramos a países que tienen menos medidas de seguridad?», alertaba Luis María Melgosa. Tampoco a nadie se le escapaba lo que ocurrió hace unos años con el aceite de colza. «Estoy muy asustada porque en aquella ocasión perdí a tres familiares», relataba Manuela, a la vez que examinaba detenidamente la etiqueta de la botella que sujetaba entre las manos.

Algunos fueron un poco más allá. Miguel Ángel ahondaba en la importancia de no quedarse únicamente en las consecuencias más evidentes. Y lo tenía muy claro. «No debemos olvidar que este aceite lo hemos podido ingerir en las cocinas industriales, restaurantes, comedores de colegios... Y eso, ¿cómo se controla?», advertía.

En otros puntos fuera de la capital las cosas no han sido muy diferentes. Tampoco se podían adquirir botellas en los principales establecimientos de la Costa. «Hemos retirado todas las botellas por precaución siguiendo las indicaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria», explicaba el responsable del sector de alimentación de un supermercado. «El lunes nos dirán cómo proceder», aseguraba.

Precisamente, esta falta de concreción era ayer muy criticada por muchos de los consumidores que se dieron cita en el día tradicionalmente reservado para las compras semanales. «Lo más grave de todo es la desinformación», protestaba Alejandro al tiempo que arrastraba su carrito en otro 'súper' de la provincia.

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