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GRANADA

Empeoran el vocabulario y las faltas de ortografía de los universitarios

Durante los exámenes los docentes pueden leer cosas tan graves como 'hojos' o 'ueco' y muchos alumnos no conocen el significado de palabras básicas El lenguaje abreviado de SMS de móviles se generaliza en pruebas y trabajos en las facultades

ANDREA G. PARRA

Sábado, 15 de marzo 2008, 03:40

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La Universidad de Granada (UGR) ha estado de exámenes prácticamente durante el último mes. Los profesores han corregido cientos de exámenes y de trabajos y muchos escritos a manos. Los exámenes todos, los trabajos sólo algunos. El papel, el bolígrafo o lápiz y nada de corrector del programa informático ni el diccionario electrónico de la Real Academia Española. Y es entonces cuando surgen los problemas: Más faltas de ortografía y muchas dudas sobre el significado de algunas palabras. Los profesores son los que mejor conocen esas carencias de los alumnos y este periódico ha consultado a algunos de ellos. Han puesto de manifiesto como a las faltas de ortografía se suma el uso en ocasiones bastante generalizadas el lenguaje abreviado de los mensajes móviles. La sensación generalizada entre los profesores y les preocupa es el incremento de la pobreza de vocabulario entre el alumnado. No conocen el significado de palabras básicas y que no son nada técnicas.

El catedrático de Zoología, Felipe Pascual, imparte clases de Entomología en la Facultad de Ciencias y se confiesa «un maniático de la ortografía». Penaliza las faltas en los exámenes y les advierte muy bien a sus alumnos en las instrucciones a la hora de hacer las pruebas que cuiden que sea legible. El profesor Pascual es de los veteranos -34 años en la docencia- y confiesa que en los últimos años ha comprobado como el vocabulario de los estudiantes es cada vez más pobre. Lo achaca a la falta de lectura.

Sobre las faltas de ortografía destaca que sus alumnos no suelen tener, si bien de vez en cuando alguna encuentra. El catedrático es sin ninguna duda de los que mantiene que un error ortográfico no tiene justificación y tiene la receta para sus compañeros y para los universitarios. «Hay que poner atención y ser exigentes», dice. De ese modo, piensa que se terminaría con este problema. Si bien, él admite que ha sido y es un «maniático» de la ortografía y es de los que ha comprado muchos manuales de ortografía, que por supuesto guarda.

'Kieres' o 'kienes'

El profesor Antonio Delgado, que imparte clases de gestión de recursos humanos en la Facultad de Ciencias del Trabajo, también pone en las instrucciones del examen siempre que no se olviden de que es una prueba universitaria, que debe ser legible, no tener faltas y no utilizar mensajes abreviados del móvil. Aún así, se encuentra con «palabros» como 'kienes'. En su opinión, esto es preocupante porque muchos de ellos no escriben así porque lo utilicen habitualmente en los SMS del móvil, es porque «en verdad no saben cómo se escribe».

Sobre las faltas de ortografía, Delgado no sabría cuantificar si han aumentado o no entre los alumnos. «Siempre han existido». Las que él ve que se repiten más son la confusión de la 'j' y la 'g', la 'v' y la 'b' o el mal uso de la 'h'. «Esta última es la más típica», dice. A Delgado estas faltas y las de los mensajes móviles les parecen «intolerables». En ocasiones ha llamado a alumnos porque en sus exámenes ha encontrado más de diez y doce faltas.

Esto le preocupa a este profesor que lleva en la docencia 16 años, pero no menos le inquieta la «gran carencia en comprensión lingüística». Así, los alumnos en muchas ocasiones no comprenden preguntas porque desconocen el significado de palabras que no son ni técnicas. «Son palabras como elenco, por poner un ejemplo, que no saben lo que es», manifiesta.

Ese desconocimiento también lo ha comprobado el profesor Miguel Moya, imparte Psicología Social en primero de Psicología. Dice que desde hace unos años pregunta y pide que se programa una actuación en temas relacionados con el absentismo escolar. «Siempre hay dos o tres que me preguntan qué significa absentismo», matiza. Una palabra que no es nada rebuscada y bastante común en el lenguaje del día a día. Otras, también simples, pero que suelen tener dudas los alumnos es en inclusión y exclusión, por poner algún ejemplo. «Algo preocupante», lamenta.

En relación a las faltas que se ha encontrado, el profesor Moya explica que siempre hay relacionadas con la 'j', 'b'..., pero las más comunes son las del verbo haber y el 'a sido' por el 'ha sido'. Moya asegura que se nota la falta de lectura cada vez más. Recuerda que antes se les mandaban leer un libro entero y ahora les piden que lo hagan por capítulos.

Algo parecido -lo de no leer- debe pasarle a los alumnos del catedrático de Histología, Vicente Pascual Crespo Ferrer, que imparte clases en primero de Medicina. En los exámenes que acaba de corregir de este primer cuatrimestre se ha encontrado perlas como 'ueco' -en realidad es 'hueco'- o a 'ojos', les ha clavado una 'h' delante y el resultado ha sido 'hojos'.

En sus clases, lleva en el mundo de la docencia 26 años, ha comprobado que las faltas van a más y lo de los mensajes abreviados también está presente. Si se habla de las tildes Pedro A. Castillo Valdivieso, departamento de Arquitectura y Tecnología de los Computadores que imparte clases en primero y segundo de Ingeniería Informática, dice que «directamente no ponen ni una». También tiene muchos ejemplos de palabras como 'aki', 'prime', 'wenos'... utilizadas en el lenguaje usado en los SMS y luego trasladadas a los exámenes y los trabajos de clase.

Como ejemplo de las muchas cosas que recibe mal, Pedro Castillo nos envía algunos de los correos electrónicos que le han hecho llegar este año algunos de sus alumnos cuando le han entregado prácticas que cuentan para la evaluación. En algunos de esos mensajes hay casi más faltas que palabras. Algunos ejemplos son: 'digiste', 'equiboque', 'aki', 'soi'... Tildes no hay ni una. Sin palabras.

Menos faltas de este tipo ve el profesor de Historia Moderna y de América, Francisco Sánchez Montes, aunque a sus alumnos también se les escapa de vez en cuando alguna falta al confundir las 'v' y las 'b' o utilizar mal la 'h'. Lamenta que no existe reflexión a la hora de escribir y le preocupa también el desconocimiento de los estudiantes a la hora de escribir algunos nombres y apellidos de personas ilustres. Pone un ejemplo tan simple como el de Antonio Domínguez Ortiz. Apellidos por otra parte bastante comunes.

El último informe PISA, que hace una radiografía de la educación andaluza, la española y otros países de la OCDE, indica que la comunidad andaluza es la única que está por debajo de la media del país en asignaturas clave como Lengua, Matemáticas o Ciencias. Por su parte, el nuevo consejero de Educación, Sebastián Cano, en declaraciones al diario SUR quita hierro a este asunto y asegura que no es tan grave que tengan faltas de ortografía, que lo realmente importante es que «el alumno que termine la Secundaria obligatoria domine las competencias básicas que le permitan desenvolverse en la sociedad».

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