Edición

Borrar
ESPAÑA

Homenaje y memoria

Los Reyes presiden en Atocha un acto sobrio y sin discursos en recuerdo a las víctimas del 11-M en el cuarto aniversario de la masacre

PPLL

Miércoles, 12 de marzo 2008, 10:17

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

HUBO ayer multitud de actos institucionales con motivo del cuarto aniversario de la masacre del 11-M. El principal fue el celebrado a mediodía en Madrid frente al monumento a las víctimas del 11-M levantado ante la estación de Atocha. Los Reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía, el presidente del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, y los máximos responsables de todas las altas instituciones del Estado se concentraron allí junto a familiares de los fallecidos, heridos en los atentados y ciudadanos que se sumaron al homenaje.

Rodeados por unas medidas de seguridad extremas, los Monarcas y los principales responsables políticos realizaron una ofrenda floral, guardaron tres minutos de silencio y escucharon 'Da pacem domine' ('Danos la paz señor'), la oración musical que en 2004 compuso el músico estonio Arvo Part, conmocionado por la brutalidad de la matanza de Madrid. El acto fue sobrio, solemne y quizás algo frío. En aras de la unidad, no hubo discursos ni declaraciones y por primera vez, no se registraron ni incidentes ni polémicas.

Las únicas expresiones ajenas al protocolo fueron los aplausos que los varios centenares de ciudadanos dedicaron a los Monarcas tanto a su llegada como en el momento de su marcha.

Es el primer acto de recuerdo de las víctimas que se realiza tras la celebración del juicio que concluyó en octubre pasado y que acarreó duras penas de cárcel para 16 terroristas. En esta ocasión no se repitió el espectáculo del homenaje de 2007, cuando parte del público despidió a Rodríguez Zapatero con pitidos y gritos de «fuera, fuera» mientras el resto le aplaudía.

Pésimo recuerdo

El acto de hace un año, que sirvió además como inauguración oficial del monumento -un cilindro de vidrio de once metros de altura que en su interior y en su base subterránea tiene los nombres de todas las víctimas y los mensajes de solidaridad y dolor que escribieron de forma espontánea los ciudadanos- concluyó con familiares y miembros de las diferentes asociaciones de víctimas enzarzados entre insultos y eslóganes contrapuestos, separados por la policía.

Uno de los pocos momentos relajados del acto fue la conversación que mantuvieron doña Sofía y Rodríguez Zapatero mientras escuchaban a los coros de las capillas reales de Madrid y Barcelona que, vestidos de negro riguroso, entonaban el canto de Arvo Part.

Desde la distancia pudo apreciarse que la Reina alababa la interpretación de los vocalistas, entre los que se encontraba Sonsoles Espinosa, la esposa del presidente. El organizador del homenaje, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, tampoco pasó por alto este detalle y durante los prolegómenos del homenaje, mientras el coro realizaba las pruebas de sonido, se acercó a los músicos para saludar y besar a Espinosa.

Al tiempo que en Atocha se realizaba el homenaje de Estado, en varios barrios de Madrid y en las ciudades del Corredor del Henares, donde vivían la mayor parte de los fallecidos y de los casi 2.000 heridos en los atentados, los consistorios y vecinos protagonizaron ayer toda una serie de actos de recuerdo más modestos, pero no menos sentidos.

Alcalá de Henares, Torrejón, San Fernando, Coslada, el barrio de Vallecas... hicieron votos por que nunca se repita semejante barbarie, colocaron flores en las placas y lugares que recuerdan a los fallecidos en la masacre, y varios niños mostraron carteles en los que se leía: «No os olvidamos» o «Paz en el mundo».

Pilar Manjón, la presidenta de la principal asociación de víctimas, que perdió a su hijo en el atentado, resumió ayer el sentir de la mayoría cuando afirmó: «Hoy es un día difícil, de dolor y lágrimas».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios