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Cultura-Granada

Barón Rojo, su rollo es el rock

El grupo de los hermanos De Castro volvió a tocar en Granada ante un público que se lo pasó en grande

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Domingo, 10 de febrero 2008, 03:42

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EL grupo de los hermanos De Castro pasó este fin de semana por Granada y Almería para celebrar el éxito de su tercer disco en directo aunque, al menos en Granada, la asistencia menguó en relación al reventón de 2007. A pesar de ser intocables en concierto, quizás no sea un grupo para repetir todas las temporadas.

Como anfitriones estuvieron los Borriqueros, una banda que está ahí, pero merecería estar más arriba por su muy digno rendimiento en concierto.

Los barones han remodelado una vez más el grupo, terminando con la estabilidad que aportaron Ángel Arias y José Martos; sus puestos los ocupan ahora Tony Ferrer, un histórico del rock español y Rafa Díaz de 'Easy Rider'. Si en la batería se tiene el buen tono de Martos, en el bajo sí se nota una mayor presencia del nuevo bajista en el resultado final, más grueso y omnipresente. Los hermanos De Castro mantienen el mismo reparto de papeles de los últimos años, el estelar y solista para el entusiasta Armando, que mantiene en alto la comunicación y las partes más explosivas del grupo, y la cada vez mayor discreción de su hermano Carlos, con una aspecto -aparte de estar muerto de frío-, no se sabe si de ausencia o concentración.

El programa del concierto es muy similar al que grabaron en el doble 'Desde Barón a Bilbao' -que mas o menos es el de siempre-, y donde se agradecen cosas menos transitadas como 'Fronteras', 'Cueste lo que cueste', 'Hombres de las cavernas' o 'Caballo desbocado' con ese riff inspirado en Angus Young. Material distinto de la colección de 'Obligatorios': 'Resistiré', 'Con botas sucias' 'Incomunicación', 'Concierto para ellos'... material que no pueden dejar de tocar y que al cabo de los años no languidece instrumentalmente porque va recibiendo retoques, como la larga intro a slide de 'Volumen Brutal' o el desarrollo blues de 'Incomunicación', con un Armando cada día mas lejos de encontrar sus límites y los fraternales punteos doblados o las coreografías de ambos, tan exactos como siempre. Material que adelantado por los lados es ya un clásico de rock duro, de buena crianza instrumental, aunque en ocasiones con sonrojantes simplezas literarias.

Hablan poco y tocan mucho, pero mucho, lo suyo y lo de otros, con guiños a Blackmore, ACDC.. en un medley a mitad de 'Los roqueros van al infierno', precedido por esa exhibición del precio de los peines marca Fender que sigue siendo las 'Czardas' de Vittorio Monti con las dos guitarras en formación y a todo trapo por el mástil.

El público, formado por una sorprendente mezcla de gente de los ochenta y los dosmiles, con la notable ausencia de la generación intermedia, se lo pasó en grande, y es que Barón Rojo sigue siendo una magnífico grupo encima de un escenario, respetado por los propios, y gozoso para los ajenos. Algunas de sus canciones forman parte ya del acervo popular.

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