Una mujer denuncia el intento de secuestro de su hijo de tres años

Lidia López está segura de que si hace dos tardes no hubiese llevado a su hijo de la mano por la calle, ahora no lo tendría a su lado. Esta madre motrileña cuenta un relato estremecedor de cómo intentaron secuestrar a su hijo, arrebatándoselo. Expresa cómo tuvo que forcejear con el supuesto raptor, tirando de los brazos de su pequeño en los que ahora quedan secuelas de lo fuerte que lo tuvo que agarrar.

Esta historia se produce en un momento delicado en el que en Huelva buscan sin cesar a una niña de cinco años y mientras que en Mijas no dan con el paradero de una joven de quince. En Canarias quedan todavía casos similares sin resolver y en Motril, como en cualquier otra parte, los padres tienen miedo.

La tarde del lunes era una más en la vida de esta joven hasta que decidió ir a casa de sus padres situada a escasos veinte metros de la suya, ambas en el barrio motrileño de Santa Adela. Mientras recorría el corto camino, llevaba a su hijo de dos años -cumple tres en marzo- de la mano y un poco rezagado. «Entonces sentí como alguien tiraba de él y al volverme vi a un hombre que se abalanzó hacia el niño. Él lo agarró por la cintura, mi hijo se cogió fuerte a mis piernas y yo traté de sujetarlo por los brazos». Lidia López Jiménez asegura que forcejeó durante unos instantes con el extraño por quedarse con su hijo, mientras gritaba y lloraba.

Salió huyendo

Explica que fue el grito de una familiar desde la ventana lo que alarmó al supuesto raptor que «salió corriendo hacia un descampado por lo que un vecino que fue tras él no lo pudo coger». Lidia indica que había también otro hombre merodeando con un coche. «No es ninguna broma; trataron de quitarme a mi hijo y hay testigos». Lidia sabe que estos asuntos son delicados y por eso habla sosteniendo en su mano la denuncia que puso ante la Policía Nacional, después de lo sucedido. «Me consta que ha habido más casos en Motril y estamos muy asustados», indica Lidia López que aún no ha superado este terrible mal rato y le tiembla la voz al hablar.

La Policía Nacional sin embargo, trata de quitar importancia a este asunto y a los rumores que han corrido por las calles en los últimos meses sobre varios intentos de secuestro de niños en Motril. «Esto carece de toda legitimidad. Son bulos. La gente ve fantasmas donde no los hay. Es producto de la imaginación o de interpretaciones erróneas de algunos gestos», indican.

Aunque no han salido a la luz más denuncias, esta no es la primera historia que circula por Motril sobre intentos de secuestros de niños. Circuló una sobre un conato de rapto en un supermercado y otra sobre una mujer a la que intentaron coger a un bebé del carrito, «que luego resultó que era que el padre tuvo una discusión al ir a cruzar la calle que nada tuvo que ver con un secuestro», exponen las fuentes policiales.

Tranquilidad

«Que la gente se tranquilice, que no hay por qué alarmarse. Estamos investigando aunque no hay nada», informan los servicios policiales de la Comisaría de Motril.

Mientras, a las puertas de las guarderías las madres lo comentan y vigilan a sus hijos con más cuidado. Se ha creado ya una pequeña psicosis alimentada por los casos que salen a diario en la televisión.

Cuenta la rumorología que los supuestos secuestradores podrían ser miembros de bandas del Este con intención de realizar secuestros exprés y sacar algo de dinero. Por ahora, son leyendas.

La Policía insiste en que no hay nada que temer. Mientras, Lidia trata de reponerse al susto que nunca olvidará. «Sentí vergüenza porque en la Comisaría no me hicieron el caso que yo necesitaba. No me lo he inventado», asegura la madre del niño que estuvo a punto de ser secuestrado, según la denuncia de esta joven.